'Otra Iglesia'. Coordinadores: Feliciano Montero, Antonio C. Moreno y Marisa Tezanos. Editorial: Ediciones Trea. Gijón, 2014Prácticamente desde el comienzo de la guerra civil la Iglesia Católica española dio en legitimar el levantamiento militar, justificándolo como una cruzada religiosa. Por eso la historia ha situado al catolicismo español al lado del franquismo, y así fue en el conjunto de los hechos acaecidos. Pero no en su totalidad. No hubo una iglesia única y monolítica, como se encarga de demostrar, con ricos matices y datos hasta el momento desconocidos o apenas difundidos, el libro Otra iglesia. Clero disidente durante la Segunda República y la guerra civil .El principal interés de esta publicación, resultado del trabajo de un equipo multidisciplinar que ha cribado bibliotecas y archivos de toda España, reside en que recupera la memoria de un colectivo doblemente olvidado: el de los curas que se mantuvieron fieles a la Segunda República y que sufrieron por ello represalias durante la guerra civil y la postguerra: rechazo social y de la propia curia, represión, exilio, encarcelamiento y, en algunos casos, la muerte por ejecución.¿Por qué ese doble olvido que constatan los autores del libro? Pues porque, una vez reinstaurada la democracia en España, ni los investigadores que han reescrito la historia recuperando los hechos desde el punto de vista de los perdedores ni los colectivos que promueven la memoria de los republicanos se han tomado interés por este clero disidente. Apenas ha sido una anotación a pie de página en esa revisión. Al mismo tiempo, la Iglesia Católica actual no parece tener interés en que se les recuerde, dado que en aquél momento fueron considerados, como señala Feliciano Montero, "heterodoxos y traidores" y, como han experimentado estos investigadores, los archivos eclesiásticos han obstaculizado el acceso a la información sobre ellos, cerrándose en alguno de los casos.EL CANONIGO DE GRANADADe ahí la dificultad y el interés de esta publicación, que fue inspirada por la indagación que llevaron a cabo años atrás el teólogo Luis C. Gutiérrez Martínez-Conde y la historiadora Marisa Tezanos Gandarillas, que buscaron información sobre el canónigo de Granada Luis López-Dóriga, un ovetense de alta extracción social y atractiva presencia que inició una brillante carrera en la curia al tiempo que desarrollaba una inquietud social que ya en la década de los años veinte del siglo pasado le alejó de los centros de poder eclesiástico. En 1939 se exilió a Francia, donde apoyó a los republicanos españoles, para finalmente acabar en México, donde falleció en 1962 sin que se le permitiera regresar a España.Ese trabajo inicial fue la base de la idea que ha desarrollado el grupo de investigación autor del presente texto, coordinado por el catedrático emérito de la Universidad de Alcalá Feliciano Montero; el profesor Antonio Cesar Moreno y la citada Marisa Tezanos. Han participado también Luis Carlos Gutiérrez, la profesora de la Universidad de Málaga Encarna Barranquero, el profesor de la Universidad de Vigo José Ramón Rodríguez Lago y los historiadores Miguel Angel Dionisio, Luisa Marco y Enrique Orsi.Otra iglesia reconstruye exhaustivamente la trayectoria de diez de estos sacerdotes, sus avatares y el marco socio-político en el que se desarrollaron. Provenían de regiones diversas, tenían diferentes extracciones sociales y ocupaban cargos de alta y baja relevancia en la estructura eclesiástica. Son, por tanto, recorridos vitales muy distintos, aunque todos ellos trágicos. Desde la muerte de Matías Usero y Francisco González; hasta el exilio de Luis López-Dóriga, Juan García Morales, Jerónimo García Gallego, Joan Vilar i Costa y Leocadio Lobo; el matrimonio y regreso al franquismo de Tomás Gómez --tras pasar por la prisión-- y el encarcelamiento y posterior ostracismo de Cándido Nogueras y Régulo Martínez.Configuraron una "minoría atípica", como señala Montero, lo que los convierte en "una realidad histórica apenas explorada" (curiosamente, en Córdoba, el historiador José Luis Casas sí ha trabajado en una figura de perfil similar a las que recoge esta publicación, la del canónigo de la Catedral José Manuel Gallegos-Rocafull), un grupo minoritario pero útil en el estudio de la confrontación entre los polos católico y laico en España. Para el catedrático, estos sacerdotes no se distinguen tanto por ser republicanos como por su disidencia a la hora de entender la relación de la Iglesia con la sociedad.Como se encarga de resaltar Luis Gutiérrez en sus reflexiones finales, varios de ellos eran personajes influyentes en la sociedad de su época, propagandistas, ligados a los ambientes intelectuales, a las tribunas de prensa y a la actividad política --Régulo Martínez escribía en periódicos madrileños, García Gallego fue parlamentario republicano--, que en el ambiente de la Segunda República encontraron "un marco para disentir" y dieron "un salto a la fama".También nace en muchos de ellos una fuerte conciencia social. Leocadio Lobo consideró la guerra civil como una lucha entre ricos y pobres, y entendía que las reivindicaciones obreras eran puramente cristianas, mientras Cándido Nogueras llegaba a explicarse la violencia anticlerical, pues el pueblo veía al clero "como su enemigo secular".Al final de la guerra la mitad de ellos había sufrido sanciones canónicas --dos se secularizaron durante la República--, dos fueron fusilados, otros dos pasaron prisión y la mitad acabó en el exilio con muy diversa suerte, pues algunos trabajaron ligados al gobierno en el exilio o a embajadas, mientras hubo quien dio en campos de concentración.Las biografías que se presentan en esta publicación --con una edición cuidada y un relato riguroso al tiempo que ameno-- intentan abarcar desde las circunstancias familiares y sociales hasta la evolución personal de unos sacerdotes a los que las circunstancias colocaron en situaciones límite. Los abundantes datos obtenidos y contrastados ofrecen un rico mosaico de esa

Otra iglesia. Clero disidente durante la Segunda República y la guerra civil

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