Hace unos días, y a propósito de una espontánea pregunta de un alumno sobre qué película le recomendaría ver, le contesté: El cartero de Neruda . Una vez dada la respuesta y dudando de mi atrevida recomendación, me vinieron a la cabeza distintas imágenes, situaciones y escenas de esta película que me hizo seleccionarla entre otras que me podrían gustar igual o más. De la entrañable adaptación de la novela de Skármeta, recuerdo la cómplice y tierna relación establecida entre Mario, el cartero, y Pablo, el escritor, a través de la palabra, la metáfora y la poesía. Es tal esa fusión que, a veces, he llegado a pensar que la muerte real y repentina de su protagonista, que arrastraba problemas cardiacos, le sobrevino de pena. Lo imagino, en sus últimos momentos, memorizando: "voy a escribir los versos más triste esta noche...". Está claro, el cartero, ya, no volverá a llamar a nuestra puerta.