La Guardia Civil detuvo ayer al supuesto autor de la muerte violenta del anciano de 80 años que fue hallado sin vida en su casa de Baena el pasado domingo. Según han informado fuentes cercanas a la investigación, el arrestado es un hombre de 47 años, vecino de la localidad del Guadajoz, y se espera que entre hoy y mañana pase a disposición judicial, después de prestar declaración durante la tarde de ayer.

El detenido es un conocido de la víctima y vecino del barrio de la Almedina, donde ocurrieron los hechos. Cuenta con numerosos antecedentes por peleas y lesiones y es una persona problemática, sobre todo con los vecinos, con los que ha tenido más de un enfrentamiento por su carácter violento cuando ingiere alcohol. Aunque no ha trascendido la declaración, ya que está decretado el secreto del sumario desde el pasado lunes, todo apunta a que el robo fue el móvil del crimen.

Varios testigos informaron la misma jornada del hallazgo del cadáver que el sospechoso que ha sido detenido podía tener algo que ver con el suceso, ya que este era una de las personas que acudía con mayor frecuencia a la vivienda de la víctima, una persona considerada por todos como «muy buena» y que ayudaba a todo aquel que se lo pedía. Posiblemente su carácter confiado le llevó en esta ocasión a ser víctima de una muerte atroz.

El anciano, que vivía solo desde que su mujer falleció hace unos años y no tenía hijos, fue hallado muerto el pasado domingo por la mañana tirado en el suelo boca arriba en medio de un charco de sangre por la mujer que acudía desde hacía solo unos días a su domicilio a llevarle la comida, ya que se encontraba asistido por los Servicios Sociales municipales.

El informe preliminar de la autopsia determinó que el hombre había perdido la vida a causa de unos fuertes golpes que recibió en la cabeza. «Una parálisis de centros vitales nerviosos por hemorragia endocraneal secundaria a traumatismo cráneo facial y encefálico», lo que apunta también al empleo de gran violencia, algo que ya constataron algunas de las personas que vieron la escena del crimen.

El anciano ya denunció el pasado mes de febrero en la Guardia Civil un robo cometido en su vivienda, situada en la calle Palomarejo Bajo, 6. Pese a ello, mantuvo su costumbre de ayudar a los demás y de mantener la puerta de la vivienda abierta. Todo apunta a que esta circunstancia pudo ser aprovechada por el agresor, conocido de la víctima, para entrar.