El magistrado del Tribunal Supremo y expresidente de la Audiencia Provincial de Córdoba, Eduardo Baena, ofreció ayer en la sede del Rectorado su conferencia de incorporación a la Real Academia de Córdoba como académico correspondiente con residencia en Córdoba, que versó sobre la Judicialización de la Medicina. En ella señaló que la mayor parte de los pleitos en los que se ven denunciados los médicos se deben a un mal manejo de la información que deben aportar al paciente, más que a una mala praxis profesional.

En su intervención, Baena acercó a los asistentes a la doctrina actual del Tribunal Supremo "para conciliar la tutela de los derechos de los pacientes" con los de los profesionales de la sanidad. Así, señaló que en el ejercicio profesional de la medicina, la obligación del médico es la de poner todos los medios de los que disponga para atender al paciente, sin que exista el compromiso previo expreso de obtener un resultado satisfactorio. Durante su intervención, el magistrado explicó cuáles son las condiciones que deben existir para imputar a un médico, y qué requisitos se deben dar para considerarlo culpable, señalando que a veces se produce una situación de asimetría entre galeno y paciente en cuanto a la información que se maneja.

Por ello, dijo que la mayoría de los casos de imputación o condena de un sanitario se refieren sobre todo a una deficiente información por parte de éste sobre las consecuencias que podría tener para el enfermo la actuación médica a recibir. De ahí procede, dijo, que haya tomado tanta importancia la rúbrica por parte del paciente del Consentimiento Informado. Señaló que ante esa asimetría de información entre los dos actores, el Tribunal Supremo intenta conciliar la necesidad de que no se produzca un abuso de demandas contra los médicos y que ningún paciente se vea privado de su derecho de tutela jurídica. Explicó que para que un médico sea considerado culpable, se ha de demostrar primero que se ha producido un daño y que dicho daño sea a consecuencia de una incorrecta actuación médica bien por falta de diligencia en su labor profesional, bien por una información incompleta o deficiente.