Con una idea parecida acababa Paco Valladares ayer su intervención en la que presentaba los actos de los Juegos Universitarios Europeos. Se refirió al pasado de la ciudad califal para hacer una apuesta decidida por el futuro con el turismo y el deporte como armas para abordarlo. Y también las autoridades, José Antonio Nieto (alcalde de la ciudad), María Luisa Ceballos (presidenta de la Diputación) y Rosario Alarcón (presidenta del Consorcio y el Patronato de Turismo) lanzaban en sus intervenciones constantes mensajes de intentar aprovechar el legado patrimonial y cultural para maridarlo (siguiendo la terminología de moda en el sector hostelero) con nuevas ideas y recursos para sacar el máximo partido posible al futuro turístico de la ciudad y la provincia.

Alarcón señala que su deseo es que "Córdoba se convierta en destino turístico de calidad, no solo de Andalucía sino también de España" y para ello se seguirá trabajando en organizar eventos fuera del recinto de Ifema, como ocurrió el martes con la película Córdoba, vida y genio y en otros lugares de España y el extranjero, no solo durante la feria. Y por encima de ello, la necesidad de la unión de la capital y la provincia como un destino único, pero variado a la vez, incorporando iniciativas de futuro como el deporte o la oferta cultural y nocturna, que ya es abundante, sin perder la referencia de recursos que siempre han existido como la gastronomía o la naturaleza. Pero para conseguirlo, la concejala y diputada de Turismo insistió en la necesidad de incrementar la promoción, algo que, a su juicio, no se ha realizado suficientemente con anterioridad.

También fue un ejemplo de unión entre pasado y futuro la presentación de los juegos universitarios europeos, donde la veterana voz del actor Paco Valladares y los deportistas que ocuparon en su momento la élite mundial en sus respectivas disciplinas se comprometían a sumarse al esfuerzo de la promoción de un evento en el que serán jóvenes atletas los que lleguen hasta Córdoba el próximo verano. Y como horizonte, lograr que en el futuro no demasiado lejano también julio sea temporada alta para nuestra provincia.

Y el colofón de este maridaje intergeneracional lo pusieron los cocineros. El saludo efusivo que Kisco García, Francisco Morales, Celia Jiménez y Rafael Carrillo (hijo) ofrecieron al maestro de los restauradores cordobeses, José García Marín, fundador de El Caballo Rojo, que también ayer, con su veterana presencia, se sumó a esa apuesta por un devenir fructífero para la actividad turística de Córdoba, en la que la cocina del ayer y la del mañana se unen para preparar una carta lo suficientemente atractiva como para que el turista la incluya en su menú vacacional prioritario.

Y entre tanto, en el expositor, la naranjas de la Vega, el anís de Rute, el vino de Montilla Moriles, el aceite de Baena o Priego y los ibéricos de los Pedroches se prestaban a cautivar por la boca a los visitantes.