2 - Elche: Tyton; Damián Suárez, Enzo Roco, Lombán, Cisma; Fayçal, Mosquera, Pasalic (Coro, m.66), Víctor (Rodrigues, m.85); Cristian Herrera (Álvaro, m.74) y Jonathas.

2 - Córdoba: Juan Carlos; Gunino, Pantic, Iñigo López, Pinillos; Abel (López Garai, m.86), Deivid; Fede Cartabia (Fede Vivo, m.75), Borja García (Caballero, m.92), Fidel; Ghilas.

Goles: 0-1, m.12: Fidel. 0-2, m.59: Fede Cartabia. 1-2, m.62: Lombán, de penalti. 2-2, m.74: Jonathas.

Árbitro: Hernández Hernández (Canario). Mostró tarjeta amarilla a Pantic, Pinillos, Fede Cartabia e Iñigo López por el Córdoba, y a Roco, Lombán y Damián Suárez por el Elche.

Incidencias: Partido correspondiente a la duodécima jornada de Liga disputado en el estadio Martínez Valero ante 22.639 espectadores.

LA CRÓNICA

Miroslav Djukic es entrenador de fútbol, no el mago Merlin reencarnado. Miroslav Djukic tiene unas ideas más que aceptables. No es un genio, como ya han corrido algunos a señalarlo como tal (lógico, viniendo de donde se viene y con esa vocación muñidora latente), sabe lo que son las fuerzas de un vestuario y lo ha demostrado casi desde el primer día (dato tan importante o más que lo que tenga en el magín futbolístico) y es un tipo trabajador. Pero de donde no hay no se puede sacar. Incluso para esos que ven en el serbio al Moisés blanquiverde que separará las aguas para que el cordobesismo le siga hasta la tierra prometida de la permanencia. Porque además de todos los males de esta plantilla/equipo, Djukic es humano. E intenta que el castillito de palillos de dientes que pretende montar no se lo derribe un aire. Y si ve llegar una brisa cruza los dedos para que el asunto aguante. Y, claro, no aguanta. Lleva un mes pero lo de anoche fue revelador.

Lo primero, que el ensayo en La Rosaleda ante el Málaga B vale para algunas cosas, como se dijo, pero no para otras. A saber: de mediocampo hacia adelante puede tener una semilla que regar y hacer germinar, con suerte y sin que factores externos afecten, algo complicado por la situación del propio equipo. Pero aquello que se explicó de incrustar un central como pivote defensivo para salir con el balón controlado... Pues no. Y no es su culpa. Su responsabilidad, posiblemente, tenga mucho que ver con los últimos 35 minutos del Martínez Valero, con esa quietud a la hora de intentar que el equipo no se le cayera por dentro. De hecho, su primer cambio fue a 14 minutos del final y lo realizó para que a un jugador de banda, Fede Cartabia, no lo expulsaran. Pero tiempo habrá para analizar con mucha más profundidad lo sucedido.

Resumido en pocas líneas, el Córdoba tuvo anoche 15 minutos correctos en el Martínez Valero ante un Elche que no va a sufrir mucho menos que los blanquiverdes, dejó crecer a los de Escribá paulatinamente, puso distancia con una individualidad de La Joyita y se dejó empatar. Y hasta pudo perder si los franjiverdes hubieran metido en el último cuarto de hora la misma intensidad anterior y se hubieran sacado el canguelo a perder tras remontar un 0-2 en contra.

No se pudo quejar el Córdoba en el primer acto. El partido empezó con cierto aroma a miedo por parte de franjiverdes y cordobesistas, concentrados claramente en aprovechar el error del otro. Y el primero en equivocarse fue el equipo visitante, al cometer Pantic penalti sobre Cristian tras una pérdida en banda. Pero apareció Juan Carlos por primera vez para salvar al Córdoba de una condena cierta, ir con el marcador en contra a los cinco minutos de partido y ver cómo todos se le iban en la tabla. Evitaba ese match ball y pareció convenir el grupo de Djukic que los astros se habían alineado para esa nueva y casi última oportunidad. Tocó el Córdoba balón en ese primer cuarto de hora y aun con los problemas en la salida del mismo, las veces que llegaba a línea de tres cuartos Borja García aparecía, junto a Fidel y Cartabia, para generar algo más que preocupación en la zaga local. Dio un aviso el onubense, y no esperó al tercero, ya que recibió del madrileño a la espalda de la defensa y superó a Tyton. De estar recibiendo la extremaunción a un chute de adrenalina en apenas siete minutos.

El Elche acusó el golpe y los cordobesistas no supieron aprovecharlo, salvo por un balón que rebañó Ghilas dentro del área tras disparo de Abel Gómez, pero Suárez y Tyton anduvieron más rápidos que el argelino.

El equipo de Escribá fue creciendo paulatinamente a partir del minuto 25, a medida que el Córdoba iba perdiendo esa constancia que tuvo con el balón en los primeros minutos. Los ilicitanos buscaban principalmente a Jonathas y las jugadas de estrategia o a balón parado. De ahí llegaron ocasiones del brasileño, que no encontró rematador a centro raso peligroso; de Víctor, tras un saque de falta, y de nuevo Jonathas, que se encontró primero con Juan Carlos y después con el larguero. La mejor noticia para el Córdoba, sobre todo en esos últimos 15 minutos del primer acto, fue el pitido de Hernández Hernández decretando el final del mismo.

Era tiempo de reordenar, sobre todo ideas, pero la segunda parte se inició con el mismo guión con el que finalizó la primera. Y eso habla mal del Córdoba, de la caseta y de casi todo. El Elche continuaba creciendo y en apenas seis minutos sumaba tres claras ocasiones, casi siempre con Jonathas de protagonista. Pero Fede Cartabia tiró del carro. Se inventó una jugada él solo, se fue de dos rivales, se adentró en el área, se apoyó en Borja García para devolvérsela éste y cruzó ante Tyton. Media hora para el final. ¿Partido cerrado? Como que no. Tres minutos después Pinillos cometía otro penalti claro sobre Fajr y Lombán fue esta vez el encargado. Juan Carlos evitó el gol en el primer penalti, también en el trallazo de Jonathas (ayudado por el larguero), pero en esta ocasión, aun adivinando la intención del central, no llegó a evitarlo.

Fue la última prueba de fe que necesitaban los locales para no desfallecer en el sitio que habían montado sobre el área blanquiverde desde el minuto 30 de la primera parte, centrando innumerables balones, llegando Pasalic (o Fajr y Víctor por dentro) hasta el borde del área, metiendo a los blanquiverdes cada vez más atrás... Escribá introdujo a Coro y el Elche notó ese último pasito hacia adelante. En el enésimo balón de Mosquera perfilándose a la banda derecha de la defensa blanquiverde (¿12, 14 entradas en el partido?), su centro encontró a Jonathas en el punto de penalti. Volea del brasileño por la escuadra y marcador equilibrado de nuevo.

Con el banquillo inamovible a pesar de los síntomas (sobre todo por dentro) en la media hora anterior, los blanquiverdes intentaban montar contragolpes, pero ya el físico no acompañaba. Quietud hasta un detalle nada desdeñable: que al Elche empezaba a entrarle el vértigo después de lograr remontar el electrónico. Ahí sí llegó el primer movimiento. Para evitar la expulsión de Cartabia. El segundo, a cuatro o cinco minutos del final para intentar apuntalar al equipo por dentro y el tercero... En el descuento.

La lectura positiva es que el Elche pudo incluso ganar, creció hasta que pudo o hasta que le entró el miedo. También que este Córdoba apunta maneras y detalles reconocibles de mediocampo hacia adelante, tantos como preocupaciones deja mirando hacia atrás. El resto, que nunca se sabrá, hay que achacárselo a todos los factores explicados y que seguirán explicándose en próximos días, pero también a la parálisis de la última media hora ante las acometidas del rival. Aunque esa, posiblemente, fuera debida a la lluvia de realidad.