El edificio consta de tres plantas y un sótano, donde se han encontrado unos restos arqueológicos que corresponden a una muralla califal y a una canalización almohade del periodo hispano--musulmán, según señaló Juan Aparicio, redactor del proyecto y director de la obra, que explicó que estos restos se han recuperado y puesto en valor, contando con el asesoramiento de los técnicos de la Junta. En la planta baja se puede disfrutar de un gran patio con algunas de las características típicas de estos recintos, como la "montera de cristal y el suelo empedrado" y el primer piso alberga una sala de exposiciones con una superficie de 190 metros cuadrados, mientras que en la segunda planta hay otra de 160. Por último, a la azotea se le ha puesto una cubierta flotante que permitirá actividades al aire libre.