Los Mossos entran en la casa de Brian Céspedes y hallan en ella todo lo que buscaban. La mochila que portaba el día de la violación, los pantalones, las zapatillas y la sudadera en la que en la que tras un minucioso estudio encuentran ADN de la víctima.

Los investigadores han analizado 155 cámaras desde el punto de partida la discoteca. En ellas se ve como el agresor sigue a la chica, se pierde su presencia durante el momento de la violación y cómo después llega hasta su casa. El teléfono lo sitúa también el lugar de los hechos junto a la chica y su ADN es concluyente para determinar que es el posible autor de la violación.