Palmo a palmo, en Castellón ya van cuatro días de combate contra el fuego. Y lo mejor es que no ha ido a peor. La huella sigue acotada en unas 4.000 hectáreas, en un perímetro de unos 40 kilómetros. Se ve cada vez menos llama. Lo inquietante de este domingo es que la previsión meteorológica pinta mal: se anuncia viento, calor, poca humedad. Toda la Comunidad Valenciana ha estado, de hecho, en riesgo extremo de incendio. En el que lleva cuatro días devorando monte de Teruel y Castellón, el peligro es que se reavive: por eso se ha reforzado el trabajo desde el aire, concentrado especialmente en el barranco de la Maimona. Y mientras, millar y medio de desalojados seguían el fin de semana en una incómoda cuenta atrás hasta que se haga posible el regreso a sus casas. En Castellón, todavía queda. "La seguridad es prioritaria", explican las autoridades. En el flanco de Teruel, sin embargo, donde el fuego se daba por practicamente estabilizado, el plan de retorno se iniciaba en la tarde del domingo. Será para ellos el fin de una anomalía. Un incendio de verano ¡en marzo!. "Es una advertencia muy seria de la amenaza que supone el cambio climático para un país como el nuestro", señalaba el presidente del Gobierno de cumbre en la República Dominicana. Los expertos ya le han puesto nombre al nuevo fenómeno. Incontrolables, inapagables, los llaman incendios 6.0.