Cada derrumbe provoca un cambio en la trayectoria de la lava pero este último no los ha desviado. Sigue bajando por el centro, colada sobre colada. La colada primigenia podríamos creer que ya está fría y hacernos una idea de cómo va a quedar el relieve que los canarios llaman malpaís. Pero no es así. La lava fluye.