La invasión rusa continúa con toda su crudeza, con bombardeos aéreos en la ciudad de Irpín, al nordeste de Kyiv. La capital ucraniana está cada vez más asediada desde el norte, pero también desde el sur, con bombardeos en Bila Tserkva. En el nordeste se libran ataques aéreos, como en Chernigov, en el que se derriba supuestamente un avión de combate ruso. Cerca de ahí, en Járkov estremece el sonido después de los últimos bombardeos que permiten el avance del ejército ruso. En otro lugar indeterminado, Ucrania asegura haber derribado un helicóptero ruso, mientras que Moscú difunde supuestos ataques desde el aire a vehículos ucranianos. En la sitiada Mariúpol, en el este del país, el alto el fuego de las tropas de Putin para favorecer corredores humanitarios para unas 400.000 personas no ha durado ni 2 de las 5 horas que había prometido el Kremlin. La viceprimera ministra ucraniana asegura que Moscú ha atacado con artillería pesada la ciudad de Volnovaja y sus alrededores en Mariúpol y Zaporiyia. Un extremo que niega el avance ruso, que acusa a Ucrania de reiniciar el ataque. En Jérson, las protestas se suceden contra los invasores, que disparan al aire para dispersar a la multitud que trata de defender su país, incluso con sus manos al intentar detener el paso de los convoyes rusos. Incluso con sus manos para evitar el avance ruso. Lo mismo que en Melitopol. En otro de los grandes objetivos de Moscú para cerrar la salida de Ucrania al mar, en Odessa, la magnitud de la tragedia queda patente en el desbordado hospital materno de la ciudad.