El curso de la guerra está ahora focalizado en Járkov. Las tropas rusas han entrado en esta estratégica ciudad, la segunda de Ucrania, situada a 30 kilómetros de la frontera con Rusia. Allí las fuerzas locales plantan cara a los invasores en reñidos combates cuerpo a cuerpo. Una de las refriegas se salda con un tanto para los militares ucranianos, que logran capturar a varios soldados enemigos. Algunos son prácticamente unos chavales, como un tanquista ruso interrogado ante la cámara. Casi entre lágrimas, confiesa que, obedeciendo órdenes de su capitán, debía cercar la ciudad. Peor suerte han corrido otros soldados enviados por Putin al frente, abatidos en muy cerca de Kiev, en Irpín. Son ya 4.300 los muertos entre las fuerzas invasoras, según el gobierno ucraniano. Sin embargo, el ejército ruso ha golpeado varios objetivos, entre ellos plantas de gas natural y de petróleo. Todo ello, dentro del recrudecimiento de la ofensiva ordenada por Putin, que quiere una invasión relámpago y hacerse cuanto antes con la capital. Kiev sigue resistiendo, aunque allí se han sentido en las últimas horas varias explosiones y escaramuzas, mientras su población permanece sometida a un estricto toque de queda.