Evita el pollo asado: esta es la razón que dan los expertos

Si te encuentras en esta situación, lo mejor es que te despidas del pollo asado y lo tires a la basura

Dieta del pollo y la piña

R. V.

Saber despedirse a tiempo de cualquier cosa es una virtud: a veces, tenemos que desprendernos de cosas, personas o ideas que nos han acompañado toda la vida. Bien para evitar un perjuicio o para obtener un beneficio. En cualquier caso, soltar las creencias que tenemos más arraigadas puede resultar liberador desde muchos puntos de vista distintos.

En el caso de la comida, prescindir de algunos alimentos que a la larga no nos producen ningún beneficio es una decisión sabia que siempre agradeceremos en el largo plazo. Así ha pasado con los ultraprocesados y otras opciones de comida con una valoración nutricional más bien baja que, poco a poco, van reduciendo su presencia en las dietas de la población.

Por suerte, en la mayoría de ocasiones solo hay que decir "adiós" a ciertos alimentos bajo ciertas circunstancias: no tenemos por qué despedir a los dulces para siempre, solo buscarle un encaje adecuado y equilibrado en nuestro menú semanal. Igual ocurre con los productos que pueden producir alguna intolerancia o alergia, así como los que tienen mayor riesgo alimentario.

Los docentes del máster en Seguridad Alimentaria, Gestión de la Calidad y Tecnología Industriales del CESIF, José Manuel Gil y Jon Zubía, han dado la voz de alarma en una entrevista para la Cadena Ser sobre uno de los alimentos que fácil podemos encontrar en cualquier nevera.

En el espacio, han hablado de una de las situaciones más peligrosas que se pueden dar en el entorno de la cocina: "Por ejemplo, tú compras un pollo asado de estos que vienen preparados. Tú lo calientas y te ha sobrado una pechuga y en vez de coger e inmediatamente lo que te ha sobrado meterlo en la nevera lo dejas en la encimera y lo dejas dos horas en la encimera".

Lo que puede parecer una situación inocente, no lo es ni mucho menos ya que "los microorganismos crecen de forma logarítmica. La salmonella, de dos bichos a cuatro, de cuatro a ocho, de ocho a 16, de 16 a 32 y además a toda caña, con lo cual en dos horas un alimento de 28 grados, que es la temperatura del cuerpo, es como crece, a la temperatura de un cuerpo humano. Con lo cual en dos horas aquello anda solo".

Tal y como han alertado, el problema está en que a priori y a diferencia de otros escenarios, "aquello no sabe diferente, pero acabas en el hospital. Muchas veces el pollo no traía salmonella, traía un poquito pero no era peligroso. Pero como lo has dejado allí, aquello ha crecido".