Si existe la teoría del gato, también debería existir la del melón de Schrodinger: es imposible saber si está bueno o no a menos que lo abramos para comprobarlo. Y no hay nada peor que volver del supermercado con el antojo de una deliciosa pieza de esta fruta y encontrarnos con que está incomestible. Por suerte, hay un truco infalible para saber si el melón está rico o no antes de abrirlo. 

Partir un melón y que nos sepa a pepino es de lo peor que nos puede ocurrir, por eso muchas personas se preguntan: ¿cómo evitarlo? En la frutería no es difícil que, cuando vamos a llevarnos la pieza, veamos al frutero aporreando ambos lados o pegando la oreja a la piel. En los motivos por los que hace esto está la clave para saber identificar un melón dulce de un melón pasado. 

¿Por qué sabe mal el melón?

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que no es lo mismo que el melón esté “malo” a que no esté lo suficiente maduro: cuando el melón está en mal estado, puede provocarnos un problema de salud y, por tanto, lo mejor que podemos hacer es tirarlo a la basura. 

Por otra parte, cuando le falta todavía por madurar y decimos que el melón está “malo” o sabe a “pepino” realmente nos referimos a que no ha madurado lo suficiente: si se recolecta antes de tiempo, la cantidad de azúcar en su composición no será muy alta, y nos creará más rechazo que otra cosa al paladar. 

El truco para saber si el melón está bueno

Según la sabiduría popular, para saber si el melón está lo suficientemente maduro y dulce, lo que tenemos que hacer es apretar la punta. Si presionamos sobre el extremo de esta fruta y vemos que está dura, ¡peligro! es muy posible que todavía no esté listo. 

Si, por el contrario, al apretar está un poco blandito, entonces está perfecto y podemos comerlo sin problema. 

¿Cómo madurar un melón? 

Si gracias a nuestro truco hemos conseguido detectar un melón inmaduro, lo que tenemos que hacer para evitar que al abrirlo salga verde o pepino es guardarlo en una bolsa de papel junto a otra fruta como una manzana o un plátano. 

En cuestión de días, podremos volver a comprobar el estado del melón para descubrir que, efectivamente, hemos alcanzado ese sabor dulce y refrescante que tanto nos gusta.