Diario Córdoba

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REPORTAJE

La apuesta por la inclusión

UCOIncluye acaba de iniciar su segunda edición con 17 estudiantes con discapacidad intelectual | El objetivo es mejorar la empleabilidad de las personas participantes

Módulos. Los 17 estudiantes participarán en 5 módulos de formación dirigidos a mejorar su empleabilidad. CÓRDOBA

Acaba de dar comienzo la segunda edición de UCOIncluye, un programa que realiza la Universidad de Córdoba en colaboración con la Fundación ONCE destinado a mejorar la empleabilidad de personas con discapacidad intelectual. 

La primera edición se cerró con una valoración «sumamente positiva», afirma la directora de la Unidad de Educación Inclusiva de la UCO, Carmen Cruz.

Aún es pronto para conocer la repercusión del programa en la inserción laboral de las personas participantes, aunque Cruz anuncia que «tenemos previsto hacer un primer seguimiento de este tema a los seis meses de finalización del curso. No obstante, nos consta que, al menos a uno de ellos, le han ofrecido un contrato en la empresa donde realizó las prácticas».

Este año son 17 estudiantes -ocho mujeres y nueve hombres- los que participan en el programa que tiene lista de espera. «Tras el éxito de la primera edición se ha incrementado mucho la demanda para participar en el curso y hemos tenido que hacer entrevistas de selección», subraya la responsable universitaria quien explica que han incorporado algunas asignaturas nuevas como Mindfulness o Educación afectivo sexual. Además, «hemos reorganizado el horario para que los viernes estén dedicados a actividades de deporte y tutoría». 

Cinco módulos

El curso se compone de cinco módulos. El primero de ellos, la Universidad de Córdoba, es un módulo introductorio en el que se presenta la universidad: Sus servicios, sus instalaciones, las personas que forman parte de ella, las actividades que se pueden realizar, etc. En definitiva se trata de recibir a las y los estudiantes y situarles en su nuevo contexto.

En el segundo módulo se imparten materias relacionadas con el desarrollo personal y en el tercero con las habilidades laborales. El cuarto es el Practicum, que incluye tanto las prácticas en empresas bajo la metodología de empleo con apoyo y con la supervisión de preparadoras laborales, como los seminarios de preparación y revisión de dichas prácticas. Y, finalmente el quinto módulo es un módulo transversal dedicado al ejercicio físico, tutoría y actividades diversas.

Las clases son impartidas por profesorado universitario, «todos ellos y ellas con un amplio recorrido y experiencia en sus materias y con gran sensibilidad hacia la inclusión y el valor de la diferencia», destaca Cruz quien comenta que «algunos tenían experiencia previa y formación específica en atención a la discapacidad y otros no».

En cuanto a las prácticas, «al igual que el año pasado, las prácticas se realizarán en empresas ordinarias en las que se harán adaptaciones al puesto de trabajo. Pretendemos que la mayor parte de ellas sean empresas privadas ya que esto facilita después el proceso de contratación en caso de que quisieran dar una oportunidad laboral al alumno o alumna de prácticas», culmina Cruz.

Muchos retos por asumir aun

El próximo día 3 se celebra el Día de la Discapacidad. La UCO lleva muchos años trabajando por la inclusión de las personas con discapacidad pero aun quedan retos por asumir. «Uno de los retos en los que estamos trabajando actualmente es en el diseño de un plan de accesibilidad universal que sea transversal a todos los aspectos del contexto universitario. Para garantizar la igualdad de oportunidades y facilitar la inclusión de las y los estudiantes con discapacidad es necesario incorporar los principios de educación inclusiva y diseño universal a las políticas y prácticas de la universidad», explica la directora de la Unidad de Educación Inclusiva, Carmen Cruz.


En este sentido, Cruz hace hincapié en que «se trata de responder a las necesidades de todo el estudiantado, reconociendo que el contexto (la universidad, pero también cualquier otro espacio de la sociedad) genera unas barreras que dificultan la inclusión y que, por tanto, se hace necesario un diseño integral y coordinado de estrategias que incidan en todos los ámbitos de este contexto. 


«Es fundamental entender que una universidad inclusiva es una universidad más enriquecedora para el conjunto de sus miembros. Una universidad inclusiva es una universidad más cercana a la excelencia» dice Cruz quien incide en que «existen muchas barreras, en mi opinión, que dificultan la participación de las personas con discapacidad intelectual en la educación superior. Comenzando por la ausencia de modelos o referentes y pasando por la existencia de pruebas complejas para el acceso a los estudios, itinerarios educativos muy rígidos o la ausencia de adaptaciones específicas».

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