Diario Córdoba

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ENTREVISTA David Cano Docente Erasmus en la Universidad Sohag de Egipto

«La internacionalización del profesorado es beneficiosa»

«Era una de las primeras veces que docentes de Europa hacían una estancia allí», afirma

David Cano considera que la movilidad internacional suele ser beneficiosa. Óscar Barrionuevo

El profesor David Cano, del Grupo de Investigación en Sanidad Animal y Zoonosis (GISAZ), decidió optar a un movilidad Erasmus K-107 en Egipto. La experiencia, reconoce, ha sido enriquecedora.

Habitualmente pensamos que el programa Erasmus es para estudiantes, pero también los docentes pueden realizar movilidades. Usted ha estado en la Sohag University de Egipto. ¿Por qué se decidió por esta Universidad?

Efectivamente, es usual pensar que cuando se habla de Erasmus estamos refiriéndonos en exclusivo a movilidad para el estudiantado; la realidad es que las posibilidades del Programa Erasmus + para otros sectores como el Personal de Administración y Servicios o el Personal Docente e Investigador son muy amplias. Anteriormente ya disfruté de otras ayudas para movilidad de profesorado, pero nunca había dado el paso fuera de Europa. Comencé a pedir estas movilidades impulsado en inicio por compañeros de Departamento que ya eran habituales en estas convocatorias como Alfonso Carbonero o Ignacio García, que además fue compañero durante esta estancia en Egipto. La decisión por esta universidad estuvo muy influenciada por los contactos previos que tuvimos en nuestro grupo con ella, ya que poco antes, acogimos varios meses a una estudiante de Máster y recibimos la visita del decano de la Facultad de Veterinaria y uno de sus profesores. Gracias a este primer acercamiento y a la buena relación establecida, la decisión fue lógica y el proceso estuvo muy facilitado. Además, era un país en el que no había estado, con una cultura totalmente diferente y que me llamaba profundamente la atención.

¿En qué ha consistido su estancia?

En la Universidad de Sohag nos sentimos realmente acogidos. Hay que tener en cuenta que era una de las primeras veces, si no la primera, que docentes de Europa hacían una estancia allí. Participamos en un ciclo de conferencias organizado específicamente por nuestra visita en el que hablamos sobre diversas enfermedades con las que trabajamos en nuestro grupo, sobre la UCO en general y nuestra Facultad en particular. Además, aprovechamos para conocer sus instalaciones y parte del riquísimo patrimonio cultural y arqueológico del país.

¿Encontró apoyó por parte de la UCO para facilitarte su movilidad?

Totalmente. En primer lugar, la información relativa a las convocatorias llega a través de varias vías (web, boletín de noticias, correo) y reiteradamente, por lo que es relativamente fácil no perder la oportunidad. Además, una vez que te decides, el personal de la Oficina de Relaciones Internacionales lo pone muy fácil.

¿Encontró muchas diferencias entre el sistema universitario español y el egipcio?

Efectivamente, las diferencias entre ambos contextos universitarios eran bastante evidentes desde un primer momento. Tanto las instalaciones y recursos docentes, la oferta de los títulos académicos (dirigidos a una realidad distinta), o por poner un ejemplo concreto, los estudios de Veterinaria (orientados a una sociedad en la que las mascotas son prácticamente inexistentes), eran bastante diferentes.

¿Qué le ha aportado su estancia en Egipto?

Pienso que salir de la zona de confort, ver como se trabaja en otros centros con un contexto cultural, social y económico distinto, es enriquecedor, y además necesario. La internacionalización del profesorado supone un intercambio de conocimientos que siempre suele ser beneficioso, tanto para el que viaja como para el que acoge. Gracias a los contactos previos y a esta estancia, hemos empezado a colaborar en proyectos conjuntos con investigadores de la Universidad de Sohag, de hecho, en breve uno de ellos se incorporará a nuestro grupo con una ayuda María Zambrano.

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