La profesora de francés del Grado de Traducción e Interpretación Carmen Expósito Castro ha visitado este mes de mayo la Université de Sfax, en Túnez.

Su movilidad a Túnez tuvo que posponerse dos veces por la pandemia. ¿Ha sido finalmente una buena decisión participar en esta movilidad Erasmus?

Efectivamente, debido a la situación sanitaria, la movilidad prevista para septiembre de 2021 ha tenido que prorrogarse, finalmente, hasta el mes de mayo pasado, pero ha sido sin duda una experiencia enriquecedora en todos los aspectos, tanto personal y vital como profesional. Sfax no es una ciudad muy turística, es más industrial, pero me ha encantado conocer y descubrir el entorno de una ciudad muy diferente de lo que estoy acostumbrada a ver. Y me he quedado sorprendida por el nivel de cualificación de su Universidad.

Aparte de la experiencia docente en el extranjero, ¿qué otras ventajas comporta participar en este programa?

La movilidad y la internacionalización de las universidades supone claramente un intercambio de experiencias y en ese intercambio, las relaciones con otras personas y con otras culturas es el aspecto que, desde mi punto de vista, representa la mayor de las ventajas. Es un aprendizaje mutuo, porque tanto quien se desplaza como quien acoge en el destino, se enriquece con nuevos conocimientos a distintos niveles. Además, poder conocer el patrimonio cultural e histórico de un nuevo país, como en este caso ha sido Túnez, es muy valioso y añade valor al propio bagaje cultural.

¿Cómo la recibieron en la Universidad de Sfax?

Tengo que decir que, de mi experiencia personal en movilidad Erasmus, ha sido la vez que mejor me han recibido y que más se han preocupado por mí. Diariamente un profesor me recogía en el hotel y me acompañaba a la Universidad. Todo el mundo estaba pendiente de ayudarme en lo que fuera necesario, porque hablar francés con el profesorado y alumnado era sinceramente fácil, pero el idioma que prima en el país, en general, es el árabe; siempre había una persona que se prestaba a estar conmigo para asegurarse de que no había ningún problema. Los tunecinos son unas personas muy acogedoras y muy honestas.

¿Recomendaría continuar colaborando con Sfax y Túnez en futuros proyectos internacionales?

Sin ninguna duda. Es un destino muy diferente a mis anteriores estancias en países europeos, pero que supone un total enriquecimiento en el plano académico y humano. Es importante conocer otros contextos socioeconómicos, políticos, culturales y educativos que pueden sorprender mucho respecto a algunas ideas preconcebidas. He tenido la suerte de conocer a investigadores y alumnado altamente cualificado y con un valor humano incalculable. Hemos iniciado una posible colaboración de grado en esa universidad y esperamos que pueda salir adelante. Considero que sería muy interesante colaborar con instituciones en esa ciudad y en otras como Túnez, la capital, o Monastir. En mi ámbito específico habría distintas posibilidades.