Un José Luis Moreno roto hablaba minutos después de que su segundo fuera arrastrado por las mulillas. El de Dos Torres reconocía que "ha sido una de mis mejores faenas. No está bien que yo lo diga, pero la verdad es que la faena ha sido preciosa porque es muy difícil torear tan despacio por abajo, tan puro y tan profundo", aseguraba el diestro. Moreno detallaba que "lo he estado llevando con la muleta pegada a la cara y la faena ha adquirido otra dimensión con esos muletazos, una dimensión muy buena". El torero lloró mientras daba la vuelta al anillo "por la rabia, por no culminar una faena de ese calado", y se lamentaba por lo que hubiera significado abrir por segunda vez en la Feria la Puerta de Los Califas. "La situación de mi carrera, que está en línea ascendente, necesita de golpes como el de cortarle las dos orejas a ese toro, que hubiera supuesto otro empujón grande". Al salir de la plaza aún tuvo que volver a saludar desde el centro.