El mes de ramadán, que se espera comience en todo el orbe musulmán en el plazo de apenas tres semanas (12 ó 13 abril), plantea en este año de coronavirus una pregunta particular referente a las vacunas, y no tiene que ver con sus efectos secundarios.

La pregunta no es baladí tratándose el ayuno de uno de los cinco pilares de la religión musulmana, junto al rezo, la peregrinación, la profesión de fe y la limosna.

Para entender la relación entre una vacuna y el ayuno, sirva este ejemplo: en los países musulmanes, los médicos suelen acomodar las dosis diarias de medicamentos a las horas nocturnas en las que pueden ingerirse alimentos, de forma que durante el día, en las horas de ayuno, no se administre ningún tipo de medicina.

Y cuando la campaña de vacunación está en su apogeo en todo el mundo, también en el mundo musulmán, surgen dudas sobre qué hacer con las inyecciones, pues desplazarla a horarios nocturnos supondría demasiados problemas.

Voces médicas y religiosas

En Marruecos y en Arabia Saudí ya han surgido voces pidiendo la intervención de las autoridades para calmar las dudas, sugiriendo en algunos casos que intervengan los expertos médicos, y en otros que lo hagan los hombres de religión.

Ha sido el mufti de Arabia Saudí, Abdulaziz Al-Sheikh, el que con más claridad lo expresó el pasado jueves: "La vacuna no se considera comida ni bebida, es administrada por vía intramuscular, así que no invalida el ayuno", dijo el jeque, máxima autoridad en ese país para despejar dudas sobre lo lícito y lo ilícito en cuestiones religiosas.

En Marruecos, han sido dos médicos los que, a preguntas del portal local Medias24, han respondido con razonamientos científicos en favor de no perturbar la campaña de vacunación, que en el país magrebí está funcionando de forma ejemplar.

"Según el consenso médico-religioso, todas las inyecciones, con excepción de las que tienen componentes nutritivos, son compatibles con el ayuno", dijo al portal el doctor Tayeb Hamdi.

"Ni las vacunas ni las medicinas inyectables rompen el ayuno, así que la continuación de la campaña de vacunación durante el mes de ramadán no constituye ningún problema", dijo por su parte el doctor Said Afif en el mismo portal.

Las aclaraciones de los dos doctores no son superfluas, pues la campaña de vacunación funciona actualmente en Marruecos solo en horas diurnas, con un despliegue logístico que implica a equipos médicos, policiales y de la protección civil, además de la apertura de locales "ad hoc" -polideportivos, escuelas y otros- para su realización.

Desplazar toda esta infraestructura humana y material a horarios nocturnos supondría un gran esfuerzo logístico, además de que supondría romper las estrictas medidas de restricción de movimiento impuestas durante las horas nocturnas.

Ya la pandemia del coronavirus obligó el pasado año a cambiar radicalmente el mes de ramadán en dos de sus aspectos principales: la prohibición de desplazamientos y de reuniones familiares y el cierre de las mezquitas, que impidió que los fieles practicasen el rezo del Tarawih, una plegaria colectiva que se hace de noche, tras la primera comida y que suele congregar a miles de personas.

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Fue el Ramadán más triste que se recuerda, y no está claro si este año las autoridades en los distintos países musulmanes levantarán esas restricciones para devolver al mes santo ese carácter colectivo que permite vivir juntos los momentos más importantes del día.

Los ulemas sí tuvieron que intervenir en varios países para recordar que el Ramadán es ante todo ayuno, y que la epidemia de la covid-19 no impedía practicar la abstinencia salvo en los casos en que los médicos indicasen que la privación de comida ponía en peligro la vida del paciente.