Veranos más cálidos y largos, con temperaturas nocturnas muy altas en las costas debido al calentamiento del Mediterráneo. No se trata de una predicción más de las relacionadas con el cambio climático. Eso está ocurriendo ya en España en las últimas décadas. Según un avance de resultados del Open Data Climático presentado este martes por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y el Ministerio para la Transicion Ecológica, el verano se ha ido alargando desde 1980 una media de nueve días por década, por lo que ahora dura en España casi cinco semanas más que en esa fecha. La temperatura del mar ha aumentado en más de un grado y su nivel en 8,4 centímetros.

Entre las zonas más afectadas por este invasivo verano figura la franja más oriental de la costa mediterránea, incluidas Cataluña y Baleares, así como el sur de Galicia y el centro y el oeste de la Meseta. En todas estas, la estación más cálida se ha alargado por encima de la media, como mínimo diez días por cada década.

Uno de los factores que influye en que la mediterránea sea una zona con mayor impacto del cambio climático es el que la temperatura de este mar ha aumentado 0,34ºC de media cada década desde 1990. Es decir, el agua superficial está ahora 1,02ºC más caliente que en esta última fecha.

El calentamiento marino tiene un «efecto arrastre», según ha explicado Beatriz Hervella, una portavoz de Aemet. «Un Mediterráneo cada vez más cálido repercute en sus regiones costeras aumentando el número de noches tropicales». Estas son aquellas noches en las que la temperatura mínima supera o iguala los 20 grados. «Afectan al confort, hacen más difícil conciliar el sueño» y esto «tiene efectos sobre la salud», ha añadido.

NOCHES TROPICALES / En la fachada oriental de la región mediterránea y en el archipiélago balear la media anual de noches tropicales fue de 60 entre 1981 y 2010. En Madrid pasaron de ser menos de 10 entre 1971-2000 a más de 20 entre 1981-2010.

Del conjunto de 58 observatorios, 37 registraron al menos cinco años desde 2011 con temperaturas medias anuales situadas dentro del 20% de las más cálidas del periodo de referencia, lo que trasladado a cifras de población «podría considerarse que 32 millones de españoles ya se están viendo afectados por el cambio climático, con una acumulación de años muy cálidos en la última década, el alargamiento de los veranos y el aumento de frecuencia de noches tropicales contabilizadas».

Otro efecto colateral del calentamiento es una expansión termal de la superficie del agua «que contribuye al incremento del nivel del mar Mediterráneo». Desde el ejercicio 1993, el nivel del mar ha aumentado en 3,4 milímetros por año, totalizando unos 8,5 centímetros hasta el pasado 2018.

El estudio, además, desvela que la superficie con clima semiárido -asociado a temperaturas altas y escasez de lluvias- ha aumentado en 30.000 kilómetros cuadrados (en torno al 6% de la superficie de España) en las últimas cinco décadas y las zonas más afectadas por esta situación son Castilla-La Mancha, Valle del Ebro y sureste peninsular.

Por otro lado, el fenómeno isla de calor, la anomalía térmica positiva en el centro de las ciudades en relación con la periferia, se ve amplificado por mínimas «mucho más elevadas» que inciden en efectos negativos para la salud, en particular para los grupos de riesgo que habitan en grandes urbes.

Este hecho es particularmente relevante al existir una elevada correlación entre temperaturas máximas y mortalidad: a partir de un determinado umbral de temperatura máxima, los casos de muertes aumentan de forma notable.