"Que bote San Arcadio, que bote San Arcadio…" Este era el canto más repetido esta mañana en Osuna, una localidad a 80 kilómetros de Sevilla donde la hermandad del patrón local ha vendido íntegros 80 billetes (800 décimos) del segundo premio, el 12.275. Unos 100 millones de euros que han estado muy repartidos por este municipio conocido por albergar la grabación de la serie 'Juego de Tronos'. La suerte ha querido ser agradecida con la comarca y ha dejado otros 70 millones en La Puebla de Cazalla, el pueblo de al lado.

La sorpresa llegaba temprano a casa de Luis, de vacaciones enOsuna. "Llevo dos años trabajando en Suiza, porque aquí no hay trabajo", explicaba emocionado,"ahora toca replantearse de nuevo la vida, pero poco frío voy a pasar yo ya". Su caso ejemplificaba el de la mayoría de los agraciados, gente trabajadora y jornalera a la que el premio les ha pillado en el olivar recogiendo aceitunas y que se fueron enterando de su nueva buena suerte cuando en un receso descubrieron los móviles plagados de llamadas. De hecho, Miguelexplicó que avisó a sus compañeros, su cuadrilla, y como sabía que si se volvían al pueblo a celebrarlo perdían el jornal, les aseguró que él les pagaba ese jornal. También muchos jóvenes que se tuvieron que ir del pueblo ante la falta de oportunidades. "Es la primera vez que nos toca algo en la vida, y es algo bueno", repetía entre lágrimas una de las agraciadas.

PROCESIÓN ESPECIAL

Es el caso de María, una viuda que relataba cómo de su paga vivían ella y sus dos hijos, separados y en el caso de la mujer con un pequeño de 10 meses. "En la vida me tocado nada, solo trabajar", apostillaba, satisfecha de poder ayudar, ahora sí de verdad, a sus vástagos. Una historia similar a la de Ana, que sin ningún ingreso está esperando su segundo hijo. "Nos ha venido de lujo, por lo menos ahora está una tranquila".

Los responsables de la hermandad, que auguran que la procesión del 12 de enero será especial, contaban satisfechos que habían repartido el premio por toda la localidad, porque todo el mundo suele llevar siempre aún décimo del patrón, del que hasta ahora lo más comentado era el tamaño de sus atributos masculinos y el peso de la talla que debían soportar los costaleros. La hermandad vendió incluso a los trabajadores del ayuntamiento, entre ellos a algún concejal o incluso la alcaldesa, Rosario Andújar. El lotero, de cuya administración salió el número afortunado, aseguraba no llevar ningún décimo, "pero la alegría de ver a la gente tan feliz es mayor que la de si me hubiera tocado".

"Ni viajecito ni nada, esto es para pagar deudas, pero me quedo libre, y eso es lo más grande que me puede pasar", aseguraba entre lágrimas. Su primer pensamiento fue para sus hijos, que junto a unos amigos celebraban el premio. “Ya no tengo que pedirle más el cocheprestado a mi madre”. A su lado, José, un camionero a punto de jubilarse contaba que nada más enterarse había dejado el camión aparcado y que este premio aceleraba el dorado retiro. La mayoría coincidían en que los 125.000 euros "no te sacan de pobre" y no permitían dejar de trabajar, pero era "una ayudita" para tapar agujeros.

También en La Puebla la suerte llegó al campo. La mayoría de los premiados se concentraban en torno al bar El Café, cuyo dueño Miguel había repartido 200 décimos. Muchos de sus clientes se enteraron en la pausa para el café, y ya no volvieron a la herrería o al olivar. "Me han tocado tres décimos, uno para mí y otro para cada una de mis hijas". Cerca de cuatro millones en la familia, pero con dudas acerca de si cerrará el bar. "Eso depende de mi mujer, saben ustedes la alegría que supone ver a todos los amigos felices", decía mientras servía copas para todos. "Es barra libre, pero espero que al menos los que han ganado algo me lo paguen", bromeaba.

El pueblo tiene muchos vecinos que o bien residen en Catalunya o bien han vuelto a instalarse, como una mujer que, sin poder dar su nombre por los nervios, contaba que llevaba 10 años instalada en La Puebla y que sin parar de llorar explicaba que los 125.000 euros "son mucho, porque no tengo nada". El destino del premio estaba claro: "me quito la hipoteca, y algo para mis tres niños".

También Juan contaba que su padre reside en Barcelona, y que se han enterado de su fortuna por casualidad, cuando comentaban los números por teléfono móvil y de repente se han acordado de que llevaban un décimo terminado en 5. A través de familiares, el premio ha llegado también a Ibiza o a Huelva, donde un farmacéutico se llevó varios décimos a Puerto Moral, una pequeña pedanía de 300 habitantes en el corazón de la sierra de Aracena. Hasta el alcalde,Ezequiel Ruiz, resultó afortunado. Se enteró del premio cuando estaba a punto de comenzar el pleno de la Diputación provincial, y entre aplausos de otros regidores, recibió permiso para ausentarse y regresar a su pueblo para celebrarlo con sus vecinos.