El papa Francisco llegó hoy a la parroquia de Santa Ana, en el Vaticano, para oficiar la misa dominical, antes de que desde la plaza de san Pedro rece el ángelus, el primero del pontificado.

A su llegada a la pequeña iglesia del Vaticano saludó a las personas que asisten a la misa, estrechó manos, acarició a niños y se mostró tranquilo, sonriente y contento.

El papa viste paramentos morados, del tiempo de cuaresma.

Concelebra con los cardenales el italiano Angelo Comastri, arcipreste de la basílica de San Pedro y Prosper Grech, el purpurado octogenario maltés que pronunció la última meditación en el cónclave donde fue elegido.

Antes de entrar en la iglesia, se asomó a la calle, que está a pocos metros de la columnata de la plaza de San Pedro y saludó a la gente que se encontraba en el lugar.

A mediodía se asomará a la venta del apartamento papal que da a la plaza de san Pedro para el ángelus dominical, al que se espera asistan miles de fieles.