Una mujer muerta con tres pequeños orificios en el cuello. Como la policía no cree en vampiros, desde el principio sospechó que aquella muerte, que se produjo el pasado septiembre en El Puerto de Santa María (Cádiz), debía ser un homicidio. Y lo era. Cuatro meses después, los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía han detenido en Gavà (Barcelona) al hombre que, por encargo, cruzó la península para cometer aquel crimen.

Aún se investiga con qué arma ese sicario asesinó a la mujer. Sin embargo, los agentes sí han determinado que se trata de un crimen cometido a raíz del enfrentamiento entre dos familias rivales que, por una cuestión sentimental, se enzarzaron el pasado agosto en un tiroteo en Mérida.

Contratar a sicarios

En aquel incidente murieron dos miembros de una misma familia. Los familiares de las víctimas decidieron entonces contactar con varios delincuentes para que se vengaran del clan rival. Los hombres contratados eran expertos en cobrar deudas entre traficantes de drogas.

Uno de los contratados era un hombre de 60 años residente en Gavà que, tras recibir el encargo, se desplazó al Puerto de Santa María y mató a una mujer del clan rival como venganza. Tras seguirle la pista y localizarle, los policías le sometieron a una continuada vigilancia que condujo finalmente a su detención. El detenido también ofrecía sus servicios para prácticas de sadomasoquismo.