Una nutrición deficiente o una enfermedad no diagnosticada que impide la alimentación de un niño --como la celiaquía, entre otras-- pueden reducir o detener su crecimiento. En muchas ocasiones, la consulta médica por la baja talla del niño conduce al descubrimiento de aquella dieta deficiente o de la enfermedad que causaba la mala absorción de los alimentos. Apenas el 5% de los niños con talla baja tienen una enfermedad endocrina.