Un empresario de 59 años que padecía del corazón falleció ayer en Cáceres tras sufrir un infarto al saber que su hijo, de 19 y estudiante de Derecho, había sido asesinado horas antes de un disparo en una zona de copas. Genaro Clemente Zaraín y su hijo, Alejandro Clemente Ríos, que eran muy conocidos en la ciudad, serán enterrados hoy en la capital cacereña. La policía detuvo anoche a un sospechoso del homicidio.

Los hechos, sobre los que el juez ha declarado secreto de sumario, ocurrieron pasadas las tres de la madrugada de ayer en la plaza de Albatros, donde están ubicados numerosos bares. Según declaró Alfonso G., amigo de Alejandro y testigo del suceso, él y otros amigos observaron cómo un hombre propinaba una paliza a la mujer que lo acompañaba. "Le tiró las llaves a la cabeza, la zarandeó y le pegó un guantazo", explicó ayer Alfonso. "Ella --continuó-- gritaba y pedía auxilio. Nos dio mucha pena y por eso le dijimos al hombre que parara. Creo que cualquiera hubiera hecho lo mismo en esa situación".

Acto seguido, el propietario de un bar de la plaza de Albatros le dijo a la mujer que subiera unas escaleras y tomara un taxi en la cercana calle de Primo de Rivera para escapar de su agresor. Así lo hizo, pero el hombre se dirigió a su coche, un Volkswagen de color rojo, y la persiguió. "Nada más arrancar se saltó un semáforo. Ni siquiera puso las luces", comentó Alfonso.

Según su versión, Alejandro se incorporó al grupo en ese momento. A los 15 minutos, el agresor regresó a la plaza y se dirigió a Alfonso con tono amenazante. "Di a tus amigos que os espero ahí arriba, que os voy a matar", dijo. Entonces, se inició una discusión y el agresor sacó un revólver y disparó cuatro tiros. Uno de ellos alcanzó a Alejandro en el cuello. El joven murió desangrado sin que sus amigos --que resultaron ilesos-- pudieran salvarle la vida.

"Alex era el que menos culpa tenía porque había llegado más tarde. El hombre nos llamó babosos y chulitos. Cuando nos disparó, Alex cayó al suelo. Al principio pensamos en un desmayo y le hicimos el boca a boca. Llamé a la policía y llegaron en 10 minutos. La ambulancia tardó 20 o 25", relató el amigo del fallecido.

Cuando, pasadas las siete de la mañana y después de que el juez ordenara levantaren el cadáver, la policía comunicó la noticia al padre de Alejandro, éste sufrió un infarto y falleció a los pocos minutos a pesar de que fue trasladado al hospital.

A última hora de anoche fue detenido el supuesto autor de los disparos, que había sido descrito por los amigos de Alejandro como un hombre de entre 35 y 40 años y de 1,70 metros de estatura. La Delegación del Gobierno dará hoy detalles del suceso en una rueda de prensa.