Una encuesta realizada por el Instituto de Estudios Laborales de Esade revela que casi el 90% de los médicos de atención primaria han sufrido alguna vez burnout o síndrome de "estar quemado". En la clase médica esto se traduce en agotamiento emocional y en la sensación de "estar harto de los enfermos".

Los resultados del estudio se extraen de las respuestas que dieron un total de 449 médicos de medicina familiar y comunitaria de toda España que asistían en Barcelona al Congreso Nacional que les aglutina. Más del 80% declaran haber sufrido síntomas del denominado burnout o síndrome del profesional quemado.

En el caso de la clase médica, el estar quemado se manifiesta como agotamiento emocional, un síntoma que confesaron un 87%, y en sentirse "harto" de los pacientes (82,4%). Este descontento se refleja además en que sólo al 30,9% le gustaría que tal y como están las cosas ahora, le gustaría que su hijo o hija estudiara medicina. No obstante, sólo el 16,2% de los encuestados cambiaría de profesión.

INSATISFACCION El 51,6% de los encuestados verbaliza no estar satisfecho con su trabajo y el 93,1% no se siente satisfecho del trato que recibe por parte de los centros en los que trabaja.

Sin embargo, el estudio hace una distinción porque aunque el 47,7% de los médicos se sienten agotados emocionalmente y también están insatisfechos con el trabajo que realizan, un 40,7% confiesa estar agotado emocionalmente aunque se encuentra satisfecho con su trabajo. Igualmente, los médicos que declaran que tienen poca autonomía en su trabajo son los que están más agotados emocionalmente (un 83,1%). Además, los médicos más agotados emocionalmente son los que más veces se han sentido fracasados profesionalmente. Pese a esta situación, sólo el 23,6% dice haber tomado algún psicofármaco como consecuencia del ejercicio de la profesión. En este marco, la mayoría atribuyen a la organización la responsabilidad del malestar entre la clase médica, apelando al aumento del tiempo para las consultas como mecanismo para reducir este estrés laboral, una medida que reclama un porcentaje muy superior que los que piden una mejora salarial.