Este domingo reunía todos los requisitos para ser un Domingo de Ramos pleno: el azahar, el sol, la temperatura... Sin embargo, la pandemia ha conseguido un año más, y ya van dos, que sea un Domingo de Ramos para olvidar. Gente en las calles, colas en los templos, pero ni rastro de pasos en la calles ni cera en el asfalto. Un Domingo de Ramos de templo a templo, de buscar las imágenes y de recordar ese enclave donde vimos por última vez a esta o aquella cofradía. Las mismas que, este domingo, se quedaron en los templos, eso sí, con su gente de siempre, sus costaleros, sus hermanos, sus bandas y su pueblo sencillo, ese que año tras año hace suya la Semana Santa. Una Semana Santa que comenzó en la Catedral con la tradicional misa de las Palmas, un acto presidido por el obispo de las diócesis, Demetrio Fernández. Como todos los años, la ceremonia comenzó con la procesión de las palmas, que recorrió parte del Patio de los Naranjos.

A continuación, comenzó la eucaristía, donde este año han participado las cofradías del Domingo de Ramos: Entrada Triunfal, Penas, Rescatado, Esperanza, Amor y Huerto, más las dos de vísperas ya aprobadas y agrupadas: Lágrimas y Presentación al Pueblo, con el fin de participar en un acto conjunto que se desarrollará todos los días de la Semana Santa.

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Domingo de Ramos - La Esperanza Francisco González

Tras la eucaristía, y antes de dar la bendición final, el obispo se dirigió a las cofradías del día, que fue nombrando para finalmente animar a todos sus miembros a que «encuentren a Jesucristo en su cofradía y puedan de esta manera crecer en su vida cristiana». Mientras, en las puertas de las iglesias el público hacía cola para ver a los titulares de las cofradías expuestos en altares y pasos a la veneración de los fieles. En general, los actos de veneración a las imágenes se alternaron con actos de culto interno para los hermanos de las cofradías, que pudieron vivir este año una estación de penitencia, aunque diferente, pero cerca de sus titulares.

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Domingo de Ramos- La Entrada Triunfal Francisco González

La tónica general de la presentación de las imágenes en los templos responde a altares muy cuidados, como el de la hermandad del Amor con sus tres titulares expuestos en la capilla donde reciben culto diario, o el de la hermandad de la Esperanza, en el altar mayor de la parroquia de San Andrés. También en el altar mayor, pero mucho menos elaborados, lucieron solo por la mañana los titulares de la hermandad de la Entrada Triunfal en Jerusalén, popular Borriquita, bellísima la Virgen de la Palma vestida de blanco.

Por su parte, la hermandad de las Penas de Santiago optó por colocar a sus titulares en sus pasos procesionales, si bien más bajos de lo normal con la finalidad de que el público los pueda contemplar mejor. El Cristo de las Penas lució sobre un calvario con una gran variedad floral, mientras que la Virgen de la Concepción lo hizo con sus características camelias.

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También sobre el paso procesional se pudo ver a los titulares de la hermandad del Rescatado, sin duda una de las estampas de este inédito Domingo de Ramos, ver los pasos de la cofradía de trinitarios en el interior de la iglesia, un hecho que se ha podido ver por primera vez en la historia de la corporación.

La hermandad del Huerto presentó las dos modalidades. El Señor del Huerto sobre su paso procesional, donde no faltó el olivo, mientras que la Virgen de la Candelaria estuvo en la capilla de los titulares, en un elaborado altar con numerosos puntos de luz y flor blanca. Muy cerca se encontraba el Señor Amarrado a la Columna, bajo un barroco dosel y una sencilla pero elegante ornamentación. Hasta bien entrada la noche los templos han recibido a los cordobeses que se echaron a la calle para arropar a las hermandades en este atípico Domingo de Ramos de sol, azahar y buena temperatura, pero sin procesiones en las calles.