Las dos caras de la moneda se han podido vivir este Jueves y Viernes Santo en Pozoblanco debido a las inclemencias del tiempo. Tras dos años de sufrir decepciones, al verse obligados a permancer en casa por la lluvia, el tiempo permitió que la cofradía salesiana del Santísimo Cristo del Perdón y Nuestra Señora de la Amargura pudiera hacer en la noche del Jueves Santo su estación de penitencia, aunque eso sí, unas gotas de lluvia que comenzaron a caer cuando la cruz de guía se dirigía a carrera oficial, hicieron que se acelerara el paso de la comitiva que entraba en la iglesia de María Auxiliadora con más de media hora de adelanto sobre el horario previsto, pero sin mayor incidencia. Fue por tanto una noche de satisfacción para todos los componentes de la hermandad por haber podido culminar el trabajo de tantos meses.

Una vez cerrada la puerta de la iglesia salesiana, las miradas volvían al cielo porque pocas horas después --en torno a las seis de la madrugada-- estaba previsto el inicio del ceremonial del Prendimiento, una de las principales señas de identidad de la Semana Santa de Pozoblanco. La plaza de la Iglesia se llenó entonces de espectadores que no quisieron perderse este peculiar acto pese a que minutos antes de iniciarse cayeron de nuevo unas gotas. Cuando todo hacía presagiar su suspensión, el Capitán de la cofradía de Los Sayones anunció que la previsión de más lluvia cesaba, por lo que se llevó a cabo el Prendimiento y la posterior estación de penitencia.

En la tarde del Viernes Santo procesionó el Santo Entierro, aunque de nuevo la aparición de una lluvia no muy intensa cuando la procesión entraba en la carrera oficial provocó un cambio de itinerario y el paso subió por la calle Jesús a toda prisa para guarecerse en su templo que se encontraba cerca.

Ya por la noche, tristeza y decepción cuando las precipitaciones truncaron definitivamente la salida de La Soledad.