Finalmente, tras un día amenazante de lluvia, el Santísimo Cristo de las Aguas hizo su estación de penitencia en Vía Crucis. La parroquia de San Francisco abría sus puertas, una vez concluida la misa de hermanos, al Cristo de las Aguas, un crucificado portado por nazarenos y que reúne a muchos fieles entonando rezos por las calles más estrechas de la ciudad. El paso bajo los arcos de Santa Clara y Portocarrero, así como su entrada a la parroquia de la Asunción, distingue a esta cofradía fundada por jóvenes en 1991. La imagen del Cristo es muy venerada en San Francisco.