Síguenos en redes sociales:

Memoria

Sentido o insensibilidad

Todas las historias merecen ser contadas y ser dignas de ser escuchadas, siempre que uno quiera y le apetezca. Cada persona guarda en lo más hondo de su memoria, en lo más hondo de su ser, en su propia vida, esa historia de hundimiento o superación, de abuso o agresión, de fraternidad o enemistad, de suerte o de desgracia. Sin embargo, dicha historia que es personal e íntima, no tiene por qué ser contada bajo ningún tipo de presión y/o coacción, ya sea de tipo mediático, político (siempre que no se haya cometido un crimen, evento ilegal...), dentro de un grupo de amigos, familia y un largo etcétera. Si a una persona no le apetece hablar de cierto tema de índole de salud, ¿por qué tiene que hacerlo? Me sorprende cómo se desbroza una historia «X», presionando a «Y», para que cuente el porqué de ese «X». Nadie se pregunta que, quizás, a esa persona no le apetezca contarlo, bien porque no se sienta preparada para ello, bien por qué esté asustada y su prioridad sea su recuperación en paz, o simplemente, porque no quiera hacerlo. ¿Nadie se lo ha preguntado de verdad? ¿Respetamos esos silencios? Vivimos en la era de la inmediatez. Noticias rápidas. Amores rápidos y banales. Todo al alcance de un clic. Comunicados rápidos, muchos de ellos, sensacionalistas, morbosos, etc. Y nos olvidamos de que, detrás de ese comunicado, publicación o chisme, quizás haya una persona sufriendo o pasándolo mal. ¡Es absurdo! Me parece absurdo el devenir de algunos acontecimientos puntuales que últimamente están aconteciendo. ¡Tan insípidas o insulsas son las vidas de quiénes escarban en la vida de otra persona, para sacar tajada de ello! Parece que sí, no hay otra explicación. 

Pulsa para ver más contenido para ti