Opinión | Colaboración

Los tres cerditos

Aplicándolo a los que llenan los medios en la actualidad serían Trump, Putin y Netanyahu

Los cuentos infantiles suelen tener una moraleja para la educación de los pequeños que puede aplicarse también a los adultos. El otro día encontré en un viejo cajón un cuento que solía leer a mis hijos cuando eran pequeños. Era el cuento de «Los tres cerditos» e inmediatamente se me ocurrió la fácil aplicación para los adultos, aplicándolo a los tres cerditos que hoy llenan las páginas de los periódicos y las pantallas de las televisiones: los tres cerditos de hoy son: Trump, Putin y Netanyahu.

El cuento habla de tres cerditos que vivían cerca de un bosque habitado por un feroz lobo y los tres animalitos vivían con un miedo terrible de esta fiera, interpretándolo cada uno a su manera. Finalmente decidieron construir cada uno por su cuenta una refugio. Uno construyó con paja y hierbas, el segundo con las maderas de los árboles del bosque, y el tercero, más prudente construyó la casa con piedras y el lobo feroz una noche se acerco a estas tres casas y destruyó la fácilmente la construida con paja y hierbas, y la construida con madera pero no pudo destruir la construida con piedras.

El cerdito mayor (el blanco protestante anglosajón: Trump) quería hacer «grande» su tierra: USA y protegerla de los morenos católicos inmigrantes venidos de su ‘back yard’ (patio trasero) de América Latina.

El segundo cerdito (Putin) tenía miedo de su imaginado enemigo la OTAN, y en su ignorancia quería que se mantuviese lejos de las fronteras de la gran Rusia, pero en su ceguera nacionalista no se dio cuenta de que invadiendo Ucrania era Rusia la que moviéndose hacia el oeste, era la que se acercaba peligrosamente a la OTAN quedando rodeada por países miembros de la Alianza Atlántica.

El tercer cerdito (Netanyahu), en su orgullosa ceguera teocrática del «Estado judio de Israel», pretendía crecer en un contexto islámico en el que necesariamente tendría que vivir en un estado permanente de peligrosidad.

Moraleja. Los tres cerditos deberían haber pensado cómo poder vivir en paz con el imaginado lobo feroz, construyendo un sólido edificio de colaboración entre ellos y los otros pueblos de la tierra. Los nacionalismos excluyentes, los sueños imperialistas y las fanáticas teocracias no tienen cabida en el mundo actual.

*Profesor

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