Opinión | Paso a paso

Conexiones perdidas

«El valor de la comunidad y la riqueza de las relaciones humanas son indispensables para combatir la soledad»

La soledad entre los jóvenes de Córdoba no es solo un eco de ausencia; es el reflejo de una crisis que permea la era de la hiperconectividad. Vivimos tiempos de paradojas, donde las pantallas que prometían acercarnos han terminado por erigir muros de aislamiento, transformando el zumbido constante de la interacción digital en un silencio ensordecedor. Este fenómeno, que afecta a uno de cada cuatro jóvenes, no es un mero dato estadístico, sino una señal de alarma que nos interpela sobre la naturaleza de nuestras relaciones y la calidad de nuestros vínculos comunitarios. La raíz de esta soledad no deseada se encuentra, quizás, en la ilusión de conexión que brindan las redes sociales. Estas plataformas, si bien facilitan el contacto instantáneo, a menudo fomentan interacciones superficiales que carecen del calor y la complejidad de las relaciones cara a cara. La juventud, navegando por un mar de likes y comentarios efímeros, se encuentra a la deriva en busca de anclajes emocionales sólidos. Ante este escenario, la solución no radica en la negación de la tecnología, sino en la reconfiguración de nuestro uso de ella. Es imperativo fomentar espacios de encuentro que propicien el diálogo auténtico y el intercambio significativo, promoviendo actividades que incentiven la interacción real y profundicen los lazos afectivos. Instituciones educativas, organizaciones civiles y el tejido social en su conjunto deben asumir un rol activo en la creación de dichos espacios, reconociendo que la salud emocional y el bienestar de los jóvenes son pilares fundamentales para el desarrollo de una sociedad cohesiva y resiliente. Córdoba, en este sentido, tiene la oportunidad de liderar el camino hacia la reconexión, demostrando que, incluso en la era de la información, el valor de la comunidad y la riqueza de las relaciones humanas son indispensables para combatir la soledad. La tarea que nos convoca es monumental, pero también lo es la recompensa: una generación de jóvenes integrados, comprometidos y, sobre todo, acompañados.

*Mediador y coach

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