Opinión | mirar y ver
¿Son caros los hijos?
Sí, una población de viejos, a no largo plazo, es el resultado estadístico al que apuntan rigurosos estudios sociológicos, basados en el actual índice de natalidad, que, por otra parte, es obvio desde la más simple observación. Son muchas las reflexiones que, desde todos los ámbitos, se han hecho con respecto al tema, predominando cifras por encima de cualquier otra consideración: ¡Lo caros que resultan hoy los hijos! También yo pienso y me digo: ¿es que alguna vez han sido baratos? Yo sé de los muchos sacrificios de mis padres para sacar adelante siete hijos, y sé de mis propias privaciones y trabajos como madre, como mujer trabajadora de mi casa y de la calle. El proyecto padres, tan respetable como la opción de no serlo, ha exigido siempre renuncias, pero vamos a ver las cosas con algo de sensatez: ¿no es verdad que las mamás de ahora huyen de amamantar a sus hijos desde el primer día? ¿No es verdad que hay niños que están enganchados al biberón y comiendo potitos hasta que tienen novio? ¿No es verdad que en torno a un niño se amontonan caros e inútiles artilugios? ¿No es verdad que, empezando por el bautizo, pasando por guarderías, cumpleaños, reyes, fiestas y un interminable etcétera, todo son gastos que hacen tambalear la más boyante economía?
Por supuesto que el progreso exige cambios y en ellos he querido estar toda mi vida, pero no hay que olvidar otro factor muy importante: los hijos, más que caros, son incómodos, porque el proyecto no acaba, sino que empieza, cuando los ponemos en la vida: el primer trabajo, responsabilidad y también el mayor gozo debería ser la obligada atención a sus necesidades básicas entre las cuales, y como muy importante, cuenta la afectividad, la presencia física, la ayuda materializada en motivaciones, convivencias, juegos... Los niños, para ser alguien, necesitan testigos, y los padres deberían serlo y estar a la mano para favorecer sus exigencias psico-evolutivas. Pero esto tiene un precio que en todos los tiempos se le ha llamado responsabilidad. Los hijos pueden resultar caros, pero sobre todo más fastidiosos que ayer.
* Maestra y escritora
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