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¿Y si Felipe tiene razón?

¿No sería más inteligente que Feijóo fuera investido con la abstención del PSOE a pactar con Vox?

La última encuesta del CIS dice que el 65,5% de los españoles creen que el PP ganará las elecciones. Es también lo que piensa la cúpula conservadora, pero en Génova hay nervios. Caso contrario, se entiende poco la insistencia de Feijóo en que, para evitar la dependencia de Vox, el PSOE se abstenga si el PP es la lista más votada. Si confiara en las encuestas de Narciso Michavila para ‘Abc’ estaría más relajado. Le pronostica 155 diputados, más que toda la izquierda junta (137), por lo que sería casi imposible que los previstos 29 diputados de Vox se abstuvieran, o incluso votaran en contra, para impedir su investidura.

Con esta amenaza, Vox puede chantajear en Murcia (ya lo hizo en Extremadura), pero es casi imposible en el caso del Gobierno de España porque, caso de fracasar la investidura y tener que repetirse las elecciones, Abascal correría un gran riesgo electoral.

Pero Feijóo incluso dice que se lo pedirá a los barones socialistas y quizás es que la alambicada negociación de los pactos con Vox ha dejado demasiados pelos en la gatera. En el PSOE hay todavía más inquietud, pero esta semana, con la entrevista a Pedro Sánchez de Ana Rosa Quintana, ha habido cierta esperanza. Un columnista, poco inclinado al PP, titulaba así su análisis: «Sánchez sale vivo de la prueba televisiva más difícil».

La apuesta del PSOE puede basarse en que se cumplan las predicciones del CIS: el PP gana, pero no suma con Vox mientras que el PSOE con 115-135 diputados (banda que supera sus resultados de 2019) y Sumar, con hasta 50 escaños (15 más que Podemos en 2019), podrían lograr el milagro de los panes y los peces y tener mayoría absoluta. Y aún quedaría el recurso a Frankenstein. Como parece que ha dicho Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, el PSOE quiere gobernar pese a quedar segundo el 23J.

Porque Feijóo no confía en las encuestas de GAD3 y porque Sánchez puede apostar al pronóstico del CIS conviene no ningunear lo de investir al cabeza de la lista más votada. Feijóo tiene poca autoridad moral para reclamarlo porque el PP no lo practicó en 2019 y porque ahora ha vuelto a ignorarlo. Incluso en Extremadura, donde María Guardiola y Vox no se entendieron y el socialista Fernández Vara fue el más votado. El PP ha preferido acumular poder municipal y autonómico a seguir su prédica de la lista más votada. Por el contrario, el PSOE sí lo hizo en 2016 -pese a la radical oposición de Sánchez- para evitar la repetición por tercera vez de las elecciones.

Sin embargo, Felipe González ha vuelto a insistir en que los consensos de la centralidad (a no confundir con una gran coalición) son esenciales y que, aquí y ahora, en algunos supuestos aplicar lo de la lista más votada podría ser la solución menos traumática. Más cuando Europa lo condiciona todo.

Primer supuesto. El PP y Vox suman mayoría. ¿No sería más inteligente para España, y para la izquierda, que Feijóo fuera investido con la abstención del PSOE a que el PP pactara con Vox la investidura o incluso un gobierno de coalición? Las tesis del cuanto peor, mejor, no acostumbran a dar buenos resultados.

Segundo supuesto. El PSOE es la primera lista, lo que tampoco se debe excluir pese a que ninguna encuesta lo prevé. ¿No sería más prudente que Sánchez fuera investido sin quedar condicionado por los pactos de investidura de esta legislatura que -pese a que han tenido algunos resultados positivos, por ejemplo en Cataluña- han polarizado al máximo y creado un clima político inestable? Claro, el PSOE podría hacer pactos posteriores, pero no sería prisionero.

El último supuesto es que ni Feijóo , ni Sánchez puedan ser presidente. ¿No sería mejor investir al que ha llegado primero que tener -con la guerra en Ucrania y en un momento económico delicado- que volver a repetir elecciones? Con el riesgo de que, como pasó en 2019, el resultado electoral cambie poco.

Ahora el PP quiere poder y Sánchez remontar la derrota del 28M. Lógico, pero el 24J, tras leer los resultados, quizás haya que escuchar a Felipe. Aunque el PP no haya cumplido nunca lo de la lista más votada.

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