Opinión | EL ARTÍCULO DEL DÍA

La química de la Semana Santa

El aroma a azahar es una mezcla en la que el compuesto mayoritario es el terpeno de limoneno

Se acerca la Semana Santa, la época del año que simboliza y recuerda a los cristianos la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo. En esos días, el recogimiento y la reflexión de los creyentes se mezclan con la celebración popular de las procesiones que llenan de vida las calles de nuestra querida Córdoba. Aunque de fecha variable, la Semana Santa transcurre alrededor del inicio de la primavera, con los naranjos en flor que impregnan nuestra ciudad con el aroma del azahar, símbolo de pureza y castidad con frecuencia presente en los ramos de novia. El azahar desprende un agradable olor y aquí es donde la química, presente en cualquier ámbito de nuestra vida cotidiana, inunda nuestro sentido del olfato y, en esta ocasión, para bien. El aroma a azahar viene dado por una mezcla de sustancias en la que el compuesto mayoritario es el terpeno de limoneno, presente también en elevada concentración en la cáscara de la naranja y otros cítricos, y principal responsable de su característico aroma. A esta sustancia antioxidante le acompañan, entre otros, el alcohol terpénico linalool, los monoterpenoides geraniol y nerol, y el ácido valérico. Todos ellos pueden estar presentes en otras flores y plantas, y algunos, como el geraniol, compuesto mayoritario de la citronela, sirven como repelente natural de insectos. Aunque estos compuestos provocan de forma individual diferentes sensaciones en los humanos debido a su interacción con diferentes canales neuronales, su resultado neto es el característico olor a primavera de las ciudades mediterráneas donde los naranjos son un elemento ornamental.

Sin duda, el olor a incienso provee a las procesiones en su recorrido con el carácter místico asociado a la honra de lo sagrado y a la purificación y a la limpieza donde el movimiento pendular del incensario o turiferario en las procesiones origina las nubes aromáticas más características de la Semana Santa. El uso del incienso (olíbano o franquincienso), incluyendo el medicinal, se remonta al antiguo Egipto y a antiguas civilizaciones orientales. Se trata de una mezcla de resinas y gomas que desprenden compuestos volátiles al mezclarla con los trozos de carbón ardiente en el incensario. El incienso conocido como tal es la resina obtenida a partir del género ‘Boswellia’, de origen africano, cuyo aroma viene dado por la presencia de acetato de octilo, octanol y mono y sesquiterpenos, entre los que destacan el αpineno, αtujeno, sabineno, limoneno, mirceno, p-cimeno y -cariofileno. Otra resina de color pardo-rojizo muy apreciada desde la antigüedad y de gran valor, la mirra, se extrae por incisión de la corteza del árbol ‘Commiphora Myrra’, la cual posee usos anestésico y antiséptico bien conocidos. Su principal componente volátil es el furaneudesma-1,3-dieno, acompañado de limoneno, cadinenos y eugenol. Todos estos compuestos químicos configuran su percepción a través del olfato y son los responsables de las emociones desencadenadas en nuestro cerebro.

Un tercer componente es el olor a cera ardiendo. Las velas encendidas se asocian a la meditación en el rito budista, a la cercanía de Dios en el judaísmo y a la oración en el cristianismo, y están muy presentes en las procesiones de Semana Santa. Las velas actuales están formadas por ceras naturales y parafinas. Al contrario que los inciensos y mirras, no desprenden sustancias volátiles agradables, sino que se originan compuestos orgánicos volátiles contaminantes, que en este caso no ocasionan efectos apreciables por la combustión en espacios abiertos. En la actualidad, existen iniciativas para la producción de velas de combustión limpia que pretenden minimizar este efecto contaminante.

En conclusión, la Química está muy conectada con nuestras emociones a través de los sentidos, en el caso que nos ocupa, del olfato. Deseo que disfruten en los próximos días de esta química, ahora que la conocen un poco mejor, o de cualquier otra; en definitiva, disfruten de la vida.

* Decana de la Facultad de Ciencia

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