Diario Córdoba

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Marisa Vadillo

la cafetera de aspasia

Marisa Vadillo

Flores rebeldes

Mujeres y flores, una pareja que sufrió por igual esa visión histórica como algo menor, como adorno

Dicen que las anémonas rojas surgieron cuando el bello Adonis (amante de Afrodita) fue asesinado por un jabalí salvaje y su sangre, cada gota, fue el origen de estas preciosas flores.

Las flores --siempre-- son más de lo que parecen. Pocos elementos de la naturaleza están tan presentes en nuestra vida como ellas. Las utilizamos para comunicarnos de un modo tan natural, que no somos conscientes del vínculo que tenemos con ellas. Todo ello, a pesar, del gran lastre que arrastran por su asociación a un romanticismo blando, frívolo o incluso (en ocasiones) algo patético. A pesar del cual, recurrimos a ellas cuando tenemos una alegría inmensa, para felicitar, para dar la bienvenida a alguien a esta vida... al igual que son, probablemente, el último regalo físico y simbólico que hacemos a un ser que despedimos de la misma.

Las flores han sufrido todo tipo de prejuicios. Las pobres, no tienen la culpa, sino que les tocó parte de esta visión debido a la fascinación que la mujer ha sentido normalmente por ellas, por toda la naturaleza, pero más por ellas. Mujeres y flores, una pareja que sufrió por igual esa visión histórica como algo menor, como adorno. Todo ello sin hablar del estereotipo histórico y salvaje de la ‘mujer que pinta flores’, un rol que, desde lo contemporáneo, puede ser de lo más divertido.

Ellas son el elemento más potente, seductor y sexual de la naturaleza; ellas, que son las que permiten la continuidad. Decía mi amado Goethe que todo lo que ocurre en una planta es para obtenerla a ella: su flor. Desde el tallo, la planta va construyendo, como si fuera una arquitectura vegetal, su edificio con el objetivo de asegurar la posición, la supervivencia de su elemento más querido, la flor.

En nuestra ciudad sabemos mucho de flores, han formado parte de uno de los modos de vida más sostenibles que hemos tenido en Andalucía, los patios cordobeses. Hoy termina la última edición de Flora, un acercamiento al arte contemporáneo --más que a la flor-- que no deberían haber perdido, porque el tiempo vuela y, como decía Bunbury ‘nunca fue tan breve una despedida’.

* Artista y profesora de la Universidad de Sevilla

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