Diario Córdoba

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María Olmo

LA RUEDA

María Olmo

Juanma no es José María

El segundo día de la campaña electoral, mi compañero Rafael Valenzuela, que no es politólogo sino periodista, me dijo que el Partido Popular iba a sacar mayoría absoluta en Andalucía. Lo tenía más que claro. Y así ha sido. En el camino, los vaivenes de las encuestas, el miedo a Vox (que se fue desinflando en tanto Macarena Olona iba errando en su campaña), la injusticia infligida a Ciudadanos, pues Juan Marín pagó el pecado de Albert Rivera y no obtuvo beneficio alguno de sus aciertos en la gestión, y los esfuerzos infructuosos del PSOE de Juan Espadas. De la izquierda a la izquierda de la izquierda... ¿Qué decir? Una candidata de Por Andalucía que no ha dicho ni una tontería (y mira que es difícil), Inma Nieto, pero ni era conocida, ni empezó bien con la confluencia, ni la marca se asentó, ni Teresa Rodríguez, con Adelante Andalucía, le hizo ningún favor. La ley D’hondt se encargó del resto. Y Rodríguez aprovechó sus primeras declaraciones para ajustar cuentas con sus excompañeros de las izquierdas. Y viceversa.

Pues Juanma Moreno, a pesar de lo flojito que estuvo en el último debate (o gracias a ello, quién sabe) ha llevado un viento de cola que lo ha situado en lo que él cortesmente denomina «mayoría suficiente», que suena más delicado que «mayoría absoluta» pero es lo mismo y que deja al PP manos libres para los próximos cuatro años en Andalucía. Se ha llevado el voto útil, es decir, no solo el de Cs, que se lo ha devorado entero, sino el de muchos simpatizantes socialistas que han visto claro que si querían evitarse una vicepresidenta de Vox en la Junta había que votar al PP. Más los que están hartos del actual Gobierno de la nación, por mucho dinero que haya enviado a Andalucía y por mucha legislación que favorezca a los trabajadores. La irritación que despiertan los socios de Pedro Sánchez y el propio presidente del Gobierno que donde dice Digo dice Diego ha pesado en contra del candidato socialista andaluz, poco conocido además.

Al final, la gente lo que quiere es que cese el gallinero, que haya tranquilidad ante la que se nos viene encima, y acepta a un PP que ha mantenido una actuación de gobierno moderada. Ayer, los comentaristas relataban que el PP de José María Aznar alcanzó la mayoría absoluta tras su primer Gobierno en precario en el que actuó con tacto, y recordaban cómo se puso de soberbio y atropellador cuando tuvo carta blanca. Ha insistido Juanma Moreno, tras su victoria incontestable, en que gobernará para todos y en que mantendrá en el triunfo la misma «humildad» que en la derrota. Aparentemente, entre Juanma y José María hay bastantes diferencias, y los tiempos son otros. A ver cómo se conjuga a partir de ahora el verbo gobernar en la Andalucía que ha apostado por el hombre tranquilo.

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