Uno de los factores que se tienen poco en cuenta al analizar la violencia de género, atacando más a los factores cuantitativos, leyes, prisión, alejamientos... que a lo cualitativo, donde se podría encuadrar los celos. El amor y los celos están muy relacionados, ya que quien ama está habitualmente en alerta hacia la otra persona. Los celos en pequeñas proporciones son saludables y hasta pueden ser románticos, pero cuando son excesivos pueden llegar a ser enfermizos y causar un gran dolor. Como pasa en muchos problemas los celos son los desencadenantes de una situación personal y familiar insostenible. Una forma fácil de controlar los celos es hablar abiertamente con la persona que los «provoca», o con un especialista. Es muy común que en las relaciones se produzcan celos por temor a perder a esa persona que tanto se quiere, pero todos sabemos que tenemos que saber controlarlos para poder ser felices, ya que las personas celosas difícilmente pueden serlo, porque quieren controlar continuamente a su pareja y sospechan de todos sus actos y eso les hace imposible ser felices. Los celos surgen en personas inseguras que no confían en que su pareja le quiera y le sea fiel. Por eso todas las conductas que realice su pareja serán reinterpretadas por el celoso/a hacia ese punto, y actúan impulsivamente de forma inadecuada con su pareja.

Por tanto hay que identificar si realmente hay razones para tener celos. Elimina la palabra celos de tu diccionario por «actúo celosamente». Esto mantendrá la pareja unida y elevará la valía y la autoestima de la persona celosa al hacer cosas útiles que disminuyan su ansiedad. Debido a que muchas veces sus pensamientos son erróneos y exagerados por el nivel de ansiedad, si se obliga a la persona a retenerlos y no decirlos hasta que llegue su horario de celos, muchos de esos pensamientos habrán desaparecido, con lo que se evitarán muchos enfrentamientos innecesarios.

Y es que cada uno de nosotros llegamos al matrimonio o convivimos con una diferente personalidad y una diferente historia. Llevamos, un equipaje emocional, con diferentes expectativas, diferentes métodos de enfrentar las cosas y con diferentes opiniones sobre lo que impone la vida.

No necesitamos estar de acuerdo con todo, pero sí necesitamos encontrar una manera de manejar nuestras diferencias, para que éstas no lleguen a causar divisiones. Con tanques de amor vacíos, las parejas tienen la tendencia de entrar en discusiones y separarse, y algunas caen en la violencia física o verbal en sus argumentos. Pero cuando el tanque de amor, como actitud de vida, está lleno creamos un ambiente de amistad, un ambiente que propende al entendimiento, que permite las diferencias y arregla los problemas. Estoy convencido que ninguna área particular del matrimonio afecta al resto de la pareja tanto como la necesidad de amor.

Es mi deseo con este artículo, que miles de parejas no solamente redescubran sus sueños sino que encuentren la manera en que esos sueños se hagan realidad, volviendo a sus raíces y rellenar el tanque del amor, pues siempre se puede empezar de nuevo.

** Licenciado en CC. Religiosas y educador sexual