En agosto de 2020, la empresa Epic Games, desarrolladora de juegos como Fortnite, demandó a la todopoderosa Apple por imponer comisiones abusivas a las descargas mediante el monopolio de la App Store. El juicio se ha celebrado en mayo de 2021, y la información disponible es reveladora.

Sostiene Epic Games que Apple ha utilizado durante años su completo monopolio sobre la distribución de aplicaciones a los mil millones de usuarios de iOS, el sistema operativo de Apple que se ejecuta en todos los iPhones y iPads, para coaccionar a los desarrolladores y que utilicen la plataforma de pago de Apple para todas las compras de contenidos digitales utilizados en sus aplicaciones. Al hacer esto, Apple elimina toda la competencia en el mercado de procesamiento de pagos, lo que le permite imponer un desorbitado 30% de «impuesto sobre la aplicación» (App Tax) a todas las compras de contenido a través de la App Store. Un negocio redondo con márgenes del 78%.

Por su parte, Apple defendió que la demanda de Epic no era más que un desacuerdo básico sobre dinero, y que aunque se presente como un moderno Robin Hood corporativo, en realidad Epic es una empresa multimillonaria que simplemente no quiere pagar por el enorme valor que obtiene de la App Store. Las demandas de Epic de un trato especial no se pueden conciliar con sus propias prácticas comerciales, dice Apple, ya que gana miles de millones mediante comisiones por las ventas de los desarrolladores de juegos y cobrando a los consumidores hasta 99 dólares por paquetes de V-Bucks, la moneda virtual que permite progresar en Fortnite. Parece un duelo de pillos.

Los medios especializados han seguido con enorme interés el juicio, en el que ha declarado Tim Cook, sucesor del venerado Steve Jobs. The Verge, por ejemplo, destaca la madeja de intereses cruzados entre privacidad, seguridad, retribución de los desarrolladores y la necesaria rentabilidad de la propiedad intelectual de Apple, basada en un complejo entramado en el que la empresa ejerce al mismo tiempo de promotor, intermediario y comisionista. Para Apple, la seguridad de sus dispositivos es un punto fuerte, y esgrime ese argumento para justificar márgenes extravagantes. También declara haber invertido más de 100.000 millones de dólares en I+D desde 2005, como ha recogido The Wall Street Journal. Veremos si la resolución de la jueza valora estos hechos o desmonta un monopolio largamente consentido. Su resolución puede cambiarlo todo.

* Economista | @ebpal