Una de las protagonistas del mural «feminista» que desató la polémica en Madrid, y que ha sido reproducido por unos alumnos de un instituto cordobés por iniciativa de su profesor de Plástica, es Angela Davis, una activista de extrema izquierda que es elogiada por Arnaldo Otegi en el prólogo que escribió para su autobiografía. Davis, junto a una francotiradora y una cosmonauta soviéticas o la Comandanta Ramona representan a mujeres que inequívocamente destacaron por sus capacidades, unas más que otras. Pero todas ellas, salvo Rosa Parks, se caracterizan además por un aire inequívocamente de (extrema) izquierda.

Uno de los autores del mural declaró que las mujeres representadas no lo eran por su color político sino por por su categoría profesional o personal. Pero, como decía, todo el mural tiene un parecido de familia más bien de izquierdas que feminista, siendo un ejemplo de cómo los socialistas y comunistas tratan de instrumentalizar a las mujeres para su agenda ideológica.

Dada la hegemonía política del feminismo de izquierdas, agresivo e intolerante contra todos aquellos que no comulgan con su teoría neomarxista de lucha de géneros, habría sido una muestra educativa y no adoctrinadora que en un mural en un centro educativo no se copiase acríticamente una representación tan sesgada y partidista como la de Madrid, sino que cupiese una representación más plural y diversa de la riqueza del feminismo, una reivindicación humanista en la que han participado mujeres conservadoras (Margaret Thatcher), liberales (Clara Campoamor) y socialistas (Golda Meir). Gata Cattana, rapera socialista, por supuesto, pero también Alaska, monumento de la música pop y liberal.

El lema del mural es ‘Las capacidades no dependen de tu género’. Pero para los sectarios sí que depende el reconocimiento de mujeres de su orientación política. Emma Goldman, una de las anarquistas del mural, criticaba a las feministas dominantes en su época por ser puritanas, simplistas y androfóbicas. El nuevo feminismo hegemónico de izquierdas sigue siendo, como denunciaba Goldman, beato, censor y autoritario. Angela Davis es al feminismo lo que Arnaldo Otegi a la paz y la democracia. De modo análogo a la mona vestida de seda, el sectarismo, aunque se vista de feminismo, en manipulación se queda.

* Profesor de Filosofía