Hace unos días, el secretario General de CCOO, Unai Sordo, decía que «si algo está quedando patente en esta crisis dramática es el valor insustituible del mundo del trabajo; de trabajos sanitarios, sociosanitarios y de cuidado de personas, de los servicios esenciales; pero también de trabajos poco cualificados, muchas veces depauperados, precarios y con bajos salarios, como el de los trabajadores y trabajadoras del campo; en las cadenas alimentarias, en los supermercados, el transporte, la limpieza, y en algunas de las profesiones sobre las que se teorizó que poco menos estaban llamadas a desaparecer o a prestarse en condiciones de precariedad y bajos salarios». La crisis provocada por la pandemia del covid-19 nos ha dejado sin la manifestación del Primero de Mayo pero nos ha brindado un importante recordatorio: No hay sociedad sin trabajo ni sin el papel vertebrador de los trabajadores y trabajadoras.

El valor del trabajo es incuestionable, como el papel que jugamos los sindicatos de clase y, en concreto CCOO, como el sindicato mayoritario en España. Frente a quienes se empeñan en atacar a los sindicatos se han ubicado los miles de trabajadores y trabajadoras que confían en nosotros para defender sus derechos. Ahí estamos reclamando al Gobierno que permita a las empresas aplicar ERTE para evitar despidos, ahí estamos reclamando que se mantengan los pagos a las empresas externalizadas que prestan servicios públicos, ahí estamos informando, acompañando, representando y exigiendo las medidas de protección para los empleados y empleadas públicos y para todas las personas que siguen acudiendo a su puesto de trabajo.

El Primero de Mayo es un día de reivindicación laboral y sindical. En estos duros momentos que vivimos tenemos que reivindicar el papel de los servicios públicos y de su función insustituible en una sociedad que de verdad se diga democrática, igualitaria y ciudadana. Los y las profesionales sanitarios y sociosanitarios y de las fuerzas y cuerpos de seguridad no son héroes, son profesionales extraordinarios que se están jugando su salud y su vida para salvar vidas. En España, a diferencia de otros países como Estados Unidos, contamos con un sistema público de salud al que tiene acceso toda la ciudadanía y sostenido a través de impuestos. Ese es el gran valor de los servicios púbicos: profesionales que lo están dando todo y cobertura universal a la población, financiada con impuestos. En este sentido, desde CCOO reclamamos una auditoría sobre la situación y funcionamiento del sector sanitario, sociosanitario y de la dependencia, sectores a los que es imprescindible dotar con más recursos, materiales y humanos.

CCOO no nos vamos a olvidar de la precariedad laboral como principal campo de batalla cuando salgamos de esta crisis sanitaria. Sabemos que se mantiene el riesgo de que haya millones de despidos, por lo que después de esta crisis habrá que revisar en profundidad un sistema laboral que no sirve, que se sustenta en la temporalidad, precariedad y los bajos salarios, con riesgo de despidos masivos.

Además, tenemos que completar la red de protección social para atender a las miles de personas sin trabajo que no tienen ningún tipo de ingresos y se encuentran sin posibilidad de encontrar trabajo ahora. Por ello, defendemos que haya un ingreso mínimo vital y, hasta que pueda ponerse en marcha, una renta de emergencia, porque las personas tienen necesidades hoy. Lo ideal sería que el ingreso mínimo vital contemplase la Iniciativa Legislativa Sindical que presentamos en el Congreso y que recogía la propuesta de una renta mínima.

En la resolución de la crisis las administraciones van a jugar un papel fundamental, empezando por la Unión Europea. Vamos a necesitar una potente palanca inversora para la reactivación de la economía y un presupuesto europeo que sirva para hacer frente a esa palanca de inversión. Y para esto es imprescindible que el Banco Central Europeo compre todas las emisiones de nueva deuda, con una fórmula de deuda perpetua a coste cero porque cualquier otro escenario será de recesión y recortes.

Pero no se necesita la acción de la Unión Europea. Los gobiernos central y autonómico tienen que colaborar estrechamente estableciendo medidas de reactivación económica y de protección social. Igualmente, los ayuntamientos, como entidades más cercanas a la ciudadanía, han de estar preparadas para responder a la situación actual. En este ámbito, los sindicatos tenemos mucho que aportar y la concertación debe ser uno de los pilares de la recuperación.

Creemos que otro modelo social y económico es necesario, un modelo basado en las personas, con unos servicios públicos fuertes, bien dotados, y un modelo que promueva el empleo de calidad, el empleo con derechos, entre ellos, derechos a la salud y a la vida, esos que tan presentes tenemos estos días.

* Secretaria general de CCOO de Córdoba