Andalucía es una región extensa caracterizada por una gran riqueza y diversidad paisajística en gran medida marcada por su relieve, sus ríos y afluentes y sus costas. La región es un extraordinario mosaico que incluye zonas de altiplanos y subdesiertos esteparios, serranías, campiñas, valles, vegas y marismas y paisajes de litoral. Andalucía destaca, además, por ser un gran bosque de olivos, el mayor del mundo, y por contar con unas amplísimas zonas de dehesa.

El paisaje y el entorno natural determinan no solo un patrimonio, una historia o una cultura, también una forma de vida, unas relaciones sociales y, por supuesto, unas expectativas económicas determinadas. La Andalucía rural es diversa, pero en cada una de sus singularidades hay unos pretextos y alicientes magníficos para mantener y consolidar un apoyo y respaldo por parte de todos y, especialmente, en el caso que nos ocupa, desde la propia Administración.

En cuanto a la dehesa, se constata el enorme interés que tiene para el actual Gobierno de Andalucía al concederle una importancia capital por sus grandes aportaciones a la fijación del territorio evitando la despoblación. La unión de las áreas de agricultura y de medio ambiente en la nueva Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible favorece la coordinación de los trabajos para apoyar, promocionar y proteger la dehesa.

Andalucía cuenta con más de 1.200.000 hectáreas y más de 14.000 fincas de dehesa, la mayoría localizadas en Sierra Morena, en las provincias de Huelva, Sevilla y Córdoba, especialmente en el Valle de Los Pedroches, así como en otras serranías de Cádiz, Sevilla y Málaga, si bien hay zonas de dehesa repartidas por toda la geografía andaluza.

Paisaje humanizado

Estamos ante un paisaje humanizado que constituye un ejemplo de óptima convivencia con el medio ambiente, como queda explícitamente reflejado en el reconocimiento de la Reserva de la Biosfera «Dehesas de Sierra Morena». Se trata de un modelo de gestión sostenible en el que se utilizan los recursos que ofrece la naturaleza sin descuidar su conservación. El uso y gestión de la dehesa se basa principalmente en la ganadería extensiva que aprovecha los pastos, frutos y ramones, así como otros usos forestales, cinegéticos o agrícolas. La nueva consejería incorpora el término «Ganadería» en su denominación, dada la relevancia de este sector para nuestra comunidad y en el caso de la dehesa se sustenta en una cabaña ganadera de más de 3 millones de animales de las especies bovina, ovina, caprina y porcina. En cualquier caso y junto a todo ello, la dehesa posibilita otras actividades económicas asociadas como mataderos, industrias cárnicas o la actividad corchera. Tenemos que proteger y salvaguardar nuestra dehesa, y por ello hemos puesto en marcha recientemente la estrategia Post-Life Biodehesa, que permitirá seguir avanzando en este objetivo de protección. Además, desde la consejería se ponen en marcha otras medidas entre las que me gustaría destacar las actuaciones encaminadas al diagnóstico, al asesoramiento y acompañamiento a los propietarios de fincas de dehesa para hacer frente a la seca de los quercus, uno de los principales problemas que afectan a este ecosistema.

Esta, la dehesa, es nuestra apuesta, y vamos a redoblar esfuerzos. Confiamos en los tiempos que vienen, entre otras cosas, por el gran trabajo que realizan cada día hombres y mujeres que tienen la dehesa como paisaje y forma de vida. Y es para ellos nuestro reconocimiento más sincero.

* Consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía