Adiós a Juan Jarque

He leído con emoción y unción las dos páginas que dedica Catalunya Cristiana, a la muerte de Mn. Joan E. Jarque, sacerdote y periodista, que dedicó su vida con generosa entrega a una pastoral de vanguardia. Permítaseme el recuerdo de dos encuentros con él. El primero, en una de las reuniones de los delegados diocesanos de Medios de Comunicación Social, en la que los dos coincidimos --él por Barcelona y yo por Córdoba--, celebrada en Madrid. Me acerqué a él --esta historia tiene ya casi 30 años--, y le hablé de una sugerencia-propuesta quizás pionera en nuestro país, más o menos, con estas o parecidas palabras: «Don Juan, ¿por qué no hacemos un periódico como el suyo, con el titulo Andalucía cristiana, para las diócesis andaluzas?». Mi pregunta le había tocado su corazón noble, audaz y generoso. Y seguí diciéndole: «Es muy fácil. Usted me deja sus páginas de información general, de reportajes, de entrevistas, y nosotros, escribimos las páginas de Andalucía». El segundo encuentro tuvo lugar, no mucho tiempo después, en el Parador Nacional La Arruzafa, de Córdoba. Allí nos citamos, allí hablamos, y allí tomamos la decisión de hacer un periódico de información religiosa, pero con la cabecera Iglesia en Andalucía. El entonces obispo de Córdoba, José Antonio Infantes Florido, aceptó el proyecto, creando una fundación que él mismo quiso presidir para el lanzamiento de un periódico de información religiosa, al calor y cobijo de Catalunya Cristiana. Fuimos, sin duda pioneros, adelantándonos a las ediciones regionales de la prensa nacional, que comenzarían dos o tres años después. Fue fantástico. Ahí está la colección para una tesis doctoral. El proyecto se mantuvo en la diócesis hasta que un obispo posterior decidió crear la revista diocesana Iglesia en Córdoba. En la hora del adiós, nuestra gratitud a este sacerdote catalán, pionero de la prensa conciliar, por su generosidad con las diócesis andaluzas, por su audacia y su visión de futuro. Quiso hacer un gran periódico nacional de información religiosa. Desgraciadamente, ese hueco sigue vacío.

* Sacerdote y periodista