Todavía resuena la quizá más famosa y celebrada intervención de Rufián, alertando de la satisfacción de los parlamentarios de derechas cuando Iglesias rechazó apoyar al PSOE, lo que sorprendió hasta a un comentarista tan curtido como Losantos.

Ahora, Juan Tortosa subraya los cada vez más «sospechosos cariños de Anson y Marhuenda», que califica de auténtico «abrazo del oso» a Iglesias, urgiéndole para que pida cada vez más al PSOE. Sánchez, a su vez, ensoberbecido por cuestionables encuestas, espera reforzarse en las cuartas elecciones en cuatro años, sin tener en cuenta, entre otras cosas, una tan esperable como masiva abstención.

Los sueños de la lechera de ambos dirigentes hacen cada día más probable que, de nuevo, estando más cerca que nunca, se despedace la izquierda, como lo acaba de hacer en Madrid, Andalucía y Murcia.