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Opinión

EMMA Riverola

Desvarío

¿A qué fuiste, Samira? ¿En qué momento tú, una mujer libre, con un pequeño de 3 años, planeaste arrebatarle a tu marido el hijo de ambos y cambiar las calles en paz de Rubí por los senderos del odio? ¿Qué pasó por tu mente para desprenderte de todos los códigos en los que te criaste y, poco a poco, ir moldeándote a imagen y semejanza del dios de la venganza? ¿Cómo pudiste cerrar la puerta de tu hogar para ir a convertirte en la esclava de un yihadista? Reposo del guerrero. Puta de todos.

¿Qué semilla de rabia arraigó en tu corazón para captar a otras mujeres de Europa y Marruecos y conducirlas hacia Siria e Irak? Proxeneta de cuerpos sacrificados para gloria de falsos profetas. Uteros al servicio de la yihad. Seres invisibles, mentes despreciadas.

¿A qué fuiste, Samira? ¿Qué desvarío, qué pesadilla te llevó a querer convertir a tu hijo en el ogro de los cuentos y animarle a memorizar frases como "degüello al policía" o "quiero ir con los que matan"?

¿Fue por amor? ¿Es posible que creyéndote enamorada de algunos de esos hombres con los que hablabas decidieras sumergirte en la médula del odio? ¿Cómo conseguiste cambiar tanto tus coordenadas mentales para llegar a pensar que en el Estado Islámico estaba tu lugar en el mundo? El rincón donde vivir, soñar y morir. El espacio donde ver crecer y, tal vez, morir a tu hijo. Qué difícil, qué terriblemente difícil resulta ponerse en tu piel, Samira.

* Periodista y escritora

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