Recientemente, Amy Winehouse, y después Whitney Houston, dos famosas del mundo de la canción, murieron en plena juventud, víctimas de las consecuencias y secuelas que crean y originan las adicciones a drogas. Dos malos ejemplos para todo ese mundo de adolescentes y jóvenes, muchos de ellos descontrolados por la permisividad, no solo de los padres, sino de la clase política progresista, que no es capaz de coger al toro por los cuernos, y cortar, de una puñetera vez, la anarquía dominante en los botellodromos, que son auténticos focos de inducción a las drogas, y digo drogas porque el alcohol es una droga, y por algo se empieza. Cada vez es más frecuente oír de los jóvenes, que beben en exceso para emborracharse. Un gran problema a tener en cuenta, porque, la mayor parte de los males que se padecen son la consecuencia del descuido, de los errores, y del dejar pasar, que es peor que no hacer nada.

No hay que buscar ayuda en la calle, porque en ella abunda el interés traicionero. Y si cae, hay que buscar ayuda desinteresada en los buenos amigos, en los padres y en los profesionales sanitarios. Arrímate a la honra y la honra te hará honrado, porque, como dice Wendy Shalit, autora de Retorno al pudor : La ausencia de límites provoca más dolor que placer.

Manuel León Vega

Espejo (Córdoba)