La primera medalla de oro del deporte español en Tokio 2020 llegó del foso olímpico. Fátima Gálvez y Alberto Fernández dispararon al oro en una final por equipos mixtos emocionante, intensa, en la que la cordobesa se rehízo de un mal inicio y el madrileño, con nervios de acero, acertó 24 de sus 25 platos.

Después de cuatro días sin medallas, el equipo de tiradores españoles sumó la cuarta, la primera de oro, un premio al trabajo y la constancia superando a la pareja de San Marino, Alessandra Perilli y Gian Marco Berti, un pequeño país que en tres días ha sumado las dos primeras medallas olímpicas de su historia, las dos en el cuello de la tiradora.

A Fátima Gálvez y Alberto Fernández los Juegos les debían una. Los de Tokio eran los terceros Juegos Olímpicos para ella, que rozó la gloria en Río 2016 cuando fue cuarta, un año después de haber sido campeona del mundo; y los cuartos para él, sin posibilidad de mostrar en una final de un escenario olímpico sus buenos resultados en campeonatos mundiales (campeón en 2010 y 2018).

Ambos vieron cómo sus concursos individuales en Tokio 2020 no daban el resultado esperado. La cordobesa de Baena, que se aficionó al tiro al ver los Juegos de Barcelona 1992, con cinco años, fue decimocuarta en su serie clasificatoria con 116 aciertos, a cuatro de las seis atletas que se metieron en la pelea por los metales.

Para el madrileño, afincado en Illescas (Toledo) y que ha convertido el tiro no solo en su vocación olímpica sino en su actividad económica, ya que dirige un negocio de productos para tiradores, el concurso individual había sido incluso más cruel: con 122 aciertos, pasó a la fase eliminatoria, en la que quedó fuera.

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Unir fuerzas era su mejor carta. En el concurso mixto, en su estreno en el programa olímpico en Tokio 2020, hallaron la ansiada medalla, la cuarta del deporte español en estos Juegos Olímpicos.

Los dos habían tenido buenos resultados trabajando en equipo. Gálvez fue subcampeona del mundo en 2018 junto a Paqui Muñoz, en el mismo campeonato en el que su compañero había sido campeón del mundo, y el año anterior Fernández había obtenido un bronce en equipos. Juntos habían sumado dos bronces en las pruebas de la Copa del Mundo de El Cairo (Egipto) y Lonato (Italia).

Una clasificación competida

En el asfixiante centro de tiro de Asaka, uno de los emplazamientos que Tokio 2020 hereda de los Juegos de 1964, donde solo el sonido de los disparos acallaba el incesante canto de las chicharras, Gálvez y Fernández afrontaron una clasificación tremendamente igualada desde el inicio.

Tanto fue así que tras una primera ronda casi inmaculada, en la que de sus primeros 50 tiros los españoles solo fallaron uno, por parte de Fátima, iban en tercera posición, empatados con las parejas china, rusa y australiana.

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La segunda ronda sería la del golpe definitivo. Una serie inmaculada de 25 disparos cada uno les colocó al frente de la clasificación con 99 aciertos de 100, aventajando en uno a una de las parejas australianas, la formada por James Willet y Laetisha Scanlan, y a la pareja de San Marino, con Alessandra Perilli, primera medallista olímpica de la historia de ese pequeñísimo país que en tres días ha conseguido las dos primeras preseas de su historia, y Gian Marco Berti.

La última ronda se convirtió en un mano a mano con la pareja sanmarinense. La pareja española no perdió los nervios y solo se produjo un fallo de sus 50 tiros, por parte de Fátima Gálvez. La pareja de San Marino acertó todos, por lo que acabaron igualados a 148 aciertos y con el billete al oro. Por detrás quedaron la pareja eslovaca y la estadounidense, ambas con 146.

Una final emocionante

La pareja española comenzó tirando al haberse impuesto en el desempate, pero el arranque no fue prometedor. Más bien todo lo contrario. Gálvez, una tiradora contrastada con un amplio palmarés, comenzó con tres fallos. Habló con Fernández, pidieron 60 segundos de tiempo muerto con un resultado provisional de 3-5. Acertó el cuarto, pero Alberto falló el suyo. No erraría ninguno más.

Nadie es inmune a la tensión que comporta la posibilidad del oro. Los sanmarinenses fallaron tres disparos seguidos y la pareja española se recuperó, para comenzar una fase más igualada en el ecuador de la final (18-18).

Entonces fue Berti el que sufrió. Dos fallos seguidos del sanmarinense permitieron a España recuperar la iniciativa (27-26). Alberto Fernández permanecía imperturbable cuando el 'speaker' anunciaba que lleva 15 aciertos seguidos, con 33-32 a favor de los españoles.

Pese a sus fallos, los sanmarinenses no desistieron, a un acierto de distancia en todo momento. Un fallo de Gálvez se compensó con un fallo de Berti, y los españoles completaron sus tiros con 41-39 a falta de los dos últimos tiros de la pareja de San Marino.

Alberto Fernández mostró tener unos nervios de acero. Reuters

Berti pidió tiempo para consultar con su entrenador y se secó la cara mientras los españoles observaban. Alberto Fernández le hacía gestos de tranquilidad a Fátima Gálvez, con media sonrisa en la cara.

El sanmarinense falló su tiro, y ya de poco importaba el de su compañera. Los españoles eran campeones. Se abrazaron, festejaron y mordieron la medalla. 41 disparos para el primer oro del deporte español.