Después de más tiempo del que le hubiese gustado alejada de la pequeña pantalla, María Teresa Campos estrenaba hace una semana su nuevo y esperado programa en Mediaset, 'La Campos Móvil'. Con una entrevista a Isabel Díaz Ayuso que ha dejado numerosos titulares, y con unos resultados de audiencia muy discretos, la veterana comunicadora ha tenido que hacer frente a demoledoras críticas en redes sociales.

Y es que los espectadores se preguntaron desde el primer momento si su 'campos móvil' disponía de cinturones homologados para la circulación, que provocó que incluso la DGT (Dirección General de Tráfico) pusieses sus ojos en el programa.

Unas críticas que han ensombrecido un estreno que Mediaset había anunciado por todo lo alto, poniendo sus esperanzas en la veterana comunicadora para luchar contra el titán de Antena 3, 'Pasapalabra'. Sin embargo, y a pesar de que la audiencia no ha acompañado a Teresa en su regreso, esta continúa centrada en el trabajo y prepara la grabación de las próximas entregas de 'La Campos Móvil', cuyo nuevo invitado todavía no se ha desvelado.

Ignorando las críticas tras su primer programa, la malagueña llega a casa y hace oídos sordos sobre la polémica que ha rodeado al cinturón de seguridad de su 'campos móvil'. Muy seria, y preocupada por el complicado momento que atraviesa su hija Carmen Borrego tras haber sido acusada de topo en 'Viva la vida' y de haber vendido ella misma su discusión con su sobrina Alejandra a una conocida revista, entra en casa sin mirar siquiera a la prensa ni, mucho menos, responder a los comentarios negativos sobre su trabajo.