La fachada sur del palacio sigue una estética distinta de las fachadas levante y norte para poder alojar un Reloj de Sol del que José Chastang, en el prólogo al libro de Mariano Boloix, dice «diseño realizado por Rafael de la Hoz, apoyado por varios colaboradores entre los que me cito, es un completísimo analema de tiempo universal, exclusivo para ese lugar. Tanto el documento científico como su valor artístico incomparable son obras que están siempre in situ, engrandeciendo el edificio singular del que forman parte».

En su realización colaboraron grandes artesanos y artistas: la piedra de Colmenar y el sol fueron labrados por los hermanos García Rueda; la metalistería fue de Herpe y la cabeza del Dios-Sol fue diseño de Tomás Egea. Para Boloix es una de las grandes sorpresas de Córdoba.