El jamón en dulce es una opción para las comidas navideñas, desde luego, más barata que otras. Hay muchas formas de hacerlo, algunas bastante sofisticadas. La mayoría, parte de la pata del cerdo, deshuesada o sin deshuesar, entera o loncheada, y para endulzar, utilizan azúcar, mejor moreno, o miel o ambas cosas. Conviene atarla o meterla en una malla, para que no se deforme, tanto si se asa en el horno, como si se guisa en la olla. Los otros condimentos -sal, pimienta, clavo- suelen ser convencionales. Hay una fórmula agridulce que combina la piña y el zumo de la piña.

Es posible, siendo un poco fulleros, acortar los tiempos en el proceso; se trata de partir del jamón, ya cocido. Se pone en la sartén o cazuela, se cubre con nuestro incomparable Pedro Ximénez y se da un hervor, el suficiente como para que se reduzca y espese. Y ya está. En este caso las lonchas deben ser cortadas gorditas. La idea es que una loncha sirva de ración, así que calculen las necesidades.